La Feria del Libro de Fráncfort reafirmó este miércoles su condición de foro político con protestas contra Rusia por la agresión a Ucrania y contra el régimen iraní por la represión contra las mujeres.

Ni siquiera había que buscar los lugares donde había debates sobre Irán o sobre Rusia para encontrarse con diversas formas de protesta.

La artista ucraniana Maria Kulikovska se tendió en el patio que hay entre los pabellones de la Feria envuelta en la bandera de su país.

El acto repetía un perfomance no autorizado que realizó en San Petesburgo donde se acostó, simulando una herida, en las escaleras de un museo.

Más tarde, en la entrega del Premio Julius Campe a la Feria de Fráncfort por su compromiso con la defensa de la libertad de expresión, la responsable de Cultura del Gobierno alemán, Claudia Roth, volvió sobre el tema de la agresión a Ucrania y subrayó que lo que atacaba el régimen de Vladimir Putin no solo es un país sino los valores democráticos.

Roth aprovechó el premio para pronunciar un discurso en el que destacaba como la Feria de Fráncfort ha sido, desde 1949, una “central de importación y exportación de valores democráticos”.

El premio es otorgado por la editorial Hoffmann und Campe, heredera de la editorial fundada en el siglo XIX por Julius Campe, que publicó a diversos autores, entre ellos Heinrich Heine, en su momento siempre combatido por la censura prusiana.

“En una carta a Campe, Heine dice que ha decidido no ceder nunca ante la censura. Si un libro no puede ser publicado sin recortes entonces es mejor no publicarlo para no caer en una permanente autocensura”, dijo Roth, cuyo discurso se escuchó por un altavoz en el patio central de la Feria.

Luego recordó que aunque en la parte occidental de Alemania la censura desapareció en 1949 y en todo el territorio alemán a más tardar con la reunificación ésta sigue existiendo en muchas partes del mundo y mencionó los casos concretos de Rusia e Irán.

“La Feria siempre ha sido un foro de lucha contra la censura en todo el mundo. Quiero felicitar a la Feria por el Premio Julius Campe y a todos nosotros por la Feria de Fráncfort”, dijo.

Antes, en el mismo lugar en donde se entregó el Premio Julius Campe, había habido un debate sobre Irán al final del cual un grupo de mujeres realizó una protesta espontánea levantando una bandera verde y blanca y gritando en coro “Jin, Jiyan, Azadi”, el lema kurdo que significa “Mujer, vida, libertad” y que se ha popularizado en las protestas.

Antes se había discutido en el escenario sobre las manifestaciones en Irán y la posibilidad de que estas desemboquen en una revolución.

“Esta generación es increíblemente valiente. No está dispuesta a ningún compromiso con el régimen, solo acepta un cambio de régimen”, dijo la periodista iraní, Natalie Amiri.

El periodista y escritor alemán Deniz Yücel dijo, por su parte, que “aunque las dictaduras son más resistentes que lo que quisieran los demócratas no lo son tanto como lo quisieran los dictadores”.

El copresidente de Los Verdes alemanes, Omid Nouripour, nacido en Irán, dijo que la comunidad internacional debería aumentar su presión sobre Teherán.

“Es complicado, pero tenemos que hacer más. Nuestro trabajo es hacer que termine está mierda”, dijo al ser interpelado por una mujer del público que dijo que el régimen iraní también intenta intimidar gente en Europa.

Ni Rusia ni Irán están presentes en esta Feria de Fráncfort con un stand propio.

La Feria, después de que estallase la guerra de Ucrania, decidió no trabajar con ninguna institución vinculada al Kremlin, lo que incluye el Instituto Ruso del Libro que había sido siempre responsable de la exposición colectiva.

Irán, por su parte, canceló su presentación poco antes de la inauguración argumentando que la Feria se había inmiscuido en asuntos internos iraníes. Además alegaron que la organización no había querido garantizar la seguridad del stand.

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