Gustavo Petro se convertirá, a partir del 7 de agosto próximo, en el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, tras su triunfo en la segunda vuelta de ayer. Y prometió un “gran acuerdo nacional” que unifique al país.

Junto a él hace historia su compañera de fórmula, Francia Márquez, quien se convertirá en la primera vicepresidenta afrocolombiana, una mujer que hizo campaña por “los nadie”, por las poblaciones deprimidas y excluidas. “Escribimos una historia nueva para Colombia, para América Latina, para el mundo”, dijo anoche Petro después de que el preconteo lo arrojara como el ganador de las presidenciales, con 50.48% de los votos, contra 47.26% de su rival, el empresario Rodolfo Hernández. La elección se declarará luego del escrutinio que tiene validez jurídica y con el cual se verifica y consolida la votación que suele conocerse unos días después.

“No es un cambio para vengarnos, para construir más odios, para profundizar el sectarismo”, aseguró Petro. “El cambio consiste en dejar el odio atrás”. Las elecciones, admitió, mostraron dos Colombias. “Nosotros queremos que Colombia, en medio de su diversidad, sea una”. Para ello, “necesitamos del amor”, acotó. Abogó así por el “entendimiento, el diálogo, comprendernos los unos a los otros”. Es un cambio, dijo, que da la “bienvenida a la esperanza”.

Petro logró así, en su tercer intento, una victoria política que afianza a la izquierda en América Latina, alimentada por el deseo de cambio de los votantes. Chile, Perú y Honduras eligieron presidentes de izquierda en 2021 y en Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lidera las encuestas para las elecciones presidenciales de este año.

Fueron los líderes de izquierda los primeros en felicitar a Petro. Como el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que se trató de un “triunfo histórico”, uno que marca, tuiteó, “la aurora para ese pueblo hermano y digno. Felicidades”. Lejos quedaron los días en que, alegando que no quería ser imprudente o injerir en procesos electorales de otros países, el mexicano se tardaba 38 días en reconocer la victoria del presidente estadounidense Joe Biden y felicitarlo.

El presidente venezolano Nicolás Maduro dijo que en Colombia el pueblo “salió a defender el camino de la democracia y la paz”.

El mensaje de Petro reconoce la profunda división que existe en una Colombia que en primera vuelta expresó su hartazgo total con la política tradicional, con el establishment. Petro, exguerrillero y exalcalde de Bogotá, aseguró vía Twitter que “esta victoria es para Dios y para el pueblo y su historia”. El izquierdista es consciente de las dudas que levanta su candidatura, y que llevaron a candidatos perdedores en la primera vuelta a cerrar filas con Hernández, con tal de parar el triunfo de la izquierda en el país. En un mensaje para tranquilizar a los empresarios, aseguró que su gobierno va a impulsar el capitalismo en el país.

Tanto Hernández, su rival, como el presidente saliente, Iván Duque, se apresuraron a reconocer la victoria del izquierdista y felicitarlo. “Acepto el resultado como debe ser si deseamos que nuestras instituciones sean firmes. Sinceramente espero que esta decisión sea beneficiosa para todos”, dijo Hernández en un video subido a sus redes sociales. Vía Twitter, Duque dijo haber llamado a Petro “para felicitarlo como presidente electo de los colombianos. Acordamos reunirnos en los próximos días para iniciar una transición armónica, institucional y transparente”.

Petro, de 62 años, ha prometido gobernar para “los nadies y las nadies”, es decir, las minorías y los pobres, que en Colombia suman 39% de la población, según cifras oficiales de 2021. Petro, con un discurso populista y en contra de las élites, buscaría aumentar los impuestos a los más adinerados y plantea ampliar las garantías sociales que da el Estado a la población con educación pública gratuita desde la infancia hasta la universidad, empleo con un salario básico a quienes no lo encuentren y aumento de los subsidios.

En su primer discurso, dijo que su prioridad será “la paz” y que los 10 millones de electores que votaron con Hernández “son bienvenidos” en su gobierno. Abogó por el perdón, por el diálogo con la oposición y por la justicia social. “En este gobierno no habrá persecución política”, afirmó. Sólo así, explicó, se podrá construir el “gran acuerdo nacional con toda la sociedad colombiana”. Agradeció en particular el apoyo de los jóvenes y las mujeres. Reconoció la situación de violencia que vive el país y en ese sentido llamó a dejar las armas. “No es matarnos los unos a los otros, sino amarnos los unos a los otros”.

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