Tiflis, Georgia.- La policía de Georgia recurrió nuevamente el martes a cañones de agua y gases lacrimógenos para intentar dispersar a los manifestantes proeuropeos que protestaban por sexta noche consecutiva en Tiflis, la capital del país caucásico.
La crisis estalló con las elecciones legislativas de octubre ganadas entre acusaciones de fraude por el partido del gobierno, Sueño Georgiano, y se agudizó la semana pasada con la decisión del primer ministro, Irakli Kobajidze, de aplazar las negociaciones de adhesión a la Unión Europea.
Kobajidze, al que los contrarios reprochan una deriva autoritaria prorrusa, acusó este martes a sus rivales políticos y a oenegés de “orquestar la violencia” en estas protestas que, según dice, están siendo “financiadas desde el extranjero”.
Aunque menos numerosos que en veladas anteriores, miles de manifestantes se concentraron nuevamente el martes por la noche en Tiflis y lanzaron fuegos de artificio contra el Parlamento y la policía, observaron periodistas de la AFP.
El Ministerio de Interior acusó a los manifestantes de arrojar “objetos contundentes, artefactos pirotécnicos y objetos inflamables”.
La presidenta proeuropea Salomé Zurabishvili, que respalda las protestas, denunció un uso “desproporcionado” de la fuerza por parte de la policía, “arrestos masivos y maltratos”.
También el comisario de derechos humanos del país, Levan Yoseliani, acusó a la policía de “actos de tortura” contra los manifestantes tras haber visitado a varios de los detenidos, muchos con “graves heridas” en la cabeza o los ojos.
En el plano jurídico, el Tribunal Constitucional desestimó este martes una solicitud de la presidenta Zurabishvili y decidió mantener el resultado de las legislativas de octubre, cuestionadas también por Estados Unidos y la Unión Europea.
Acusado de imitar los métodos represivos y autoritarios de Moscú, el gobierno georgiano asegura que quiere evitar el destino de Ucrania y acusa a Occidente de querer arrastrar a Georgia a un conflicto con Moscú.
La ex república soviética está todavía muy marcada por la invasión rusa en una breve guerra en 2008 después de la cual Moscú reconoció la independencia de dos regiones separatistas en su territorio, donde mantiene presencia militar.
Pero al mismo tiempo, Georgia obtuvo en diciembre de 2023 el estatus de candidata a integrar a la Unión Europea, un objetivo inscrito en su Constitución.
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