Forman parte de la segunda mayor crisis migratoria del mundo.

Han viajado miles de kilómetros por tierra, cruzando varios países y, en algunos casos, atravesando la peligrosa -y con frecuencia mortal- selva del Darién entre Colombia y Panamá, así como el río Grande, para llegar exhaustos y sin papeles de inmigración a Estados Unidos.

Y, ahora, unas decenas de migrantes venezolanos han sido colocados en el centro de la más reciente disputa migratoria entre políticos republicanos y demócratas en EU.

La decisión del gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, de enviar el miércoles pasado por avión a unos 50 migrantes -en su mayoría venezolanos y algunos colombianos- hasta la lujosa isla de Martha’s Vineyard, en el estado de Massachusetts, ha generado una gran polémica.

Martha’s Vineyard es un centro turístico y un destino tradicional de verano para multimillonarios y famosos. Allí tienen una residencia los Obama o el director de cine Spike Lee y era el lugar donde solía pasar sus veranos la exprimera dama Jackie Kennedy, quien tenía una vivienda que -según la prensa estadounidense- fue puesta en venta 2018 por un monto superior a los 60 millones de dólares.

Bill y Hillary Clinton, la presentadora Oprah Winfrey, el multimillonario Bill Gates o la estrella de la NBA Chris Paul son solamente algunas de las celebridades que han sido vistas pasando vacaciones en esta isla, donde el costo medio de una vivienda se ubica en torno a los 1.3 millones de dólares, de acuerdo con cifras de The Washington Post.

Se trata de un lugar donde el alto costo de la vivienda se ha vuelto en muchos casos imposible de asumir incluso para profesionales y trabajadores que laboran allí y donde, además, solamente hay un refugio para personas sin hogar.

De acuerdo con testimonios recabados por la prensa estadounidense, estos migrantes se encontraban en Texas donde -según sus testimonios- fueron abordados por personas que les dijeron que trabajaban con una organización que ofrecía traslados gratuitos a “santuarios” (como se conoce en EU a las ciudades y estados que tienen políticas de acogida y no de persecución activa de migrantes sin papeles) y que les preguntaron si querían ser llevados a uno de estos sitios.

Los migrantes aceptaron, pero -según varios de ellos han comentado- no pensaban que iban a ser trasladados a una isla, sino, más bien, a la ciudad de Boston.

El jueves DeSantis reveló que se trataba de una iniciativa suya, encendiendo la polémica.

Peones políticos

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, acusó el jueves a DeSantis de estar usando a los migrantes como “peones políticos”.

“Lo que están haciendo es un truco ilegal, es un truco político. Y es realmente una falta de respeto a la humanidad. No les otorga ninguna dignidad… es simplemente cruel”, apuntó.

El gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, fue incluso más allá al solicitar al Departamento de Justicia que investigue posibles infracciones penales o civiles en las que se habría podido incurrir, incluyendo la posibilidad de formular cargos por “secuestro” o por “incentivo fraudulento”.

“Esto no es más que un truco, pero se hace con la cruel intención de humillar y de deshumanizar a niños no mayores que los propios hijos del gobernador”, apuntó Newsom en una entrevista con The Sacramento Bee.

“Es una vergüenza, es repugnante y, diría yo, es ilegal”, agregó.

La comisionada de Agricultura de Florida, la demócrata Nicole Fried, también acusó a DeSantis de “usar a seres humanos para obtener puntos políticos”.

Fried también envió una carta al Departamento de Justicia, solicitando una investigación.

“Independientemente de las posibles oportunidades de refugio o trabajo, la decisión de enviar a 50 migrantes a una pequeña comunidad sin previo aviso muestra un total desprecio por la seguridad de los migrantes y de los recursos necesarios para abordar adecuadamente su atención”, escribió.

Rachel Self, una abogada especializada en migración que realizó entrevistas en profundidad con los migrantes en Martha’s Vineyard, le dijo a la prensa que antes de su traslado les habían prometido que tendrían trabajo y vivienda al llegar a su destino y que sus testimonios “dejan claro que fueron engañados una y otra vez e inducidos fraudulentamente a abordar los aviones”.

Ron DeSantis es una figura emergente en el Partido Republicano. Llegó a la gobernación de Florida en 2018, contando con el apoyo de Donald Trump y, en la actualidad, es visto como un posible precandidato presidencial para 2024.

Sus críticos ven el envío de los migrantes venezolanos de Texas a Martha’s Vineyard como una maniobra que le permite proyectarse más allá de Florida y captar la atención de los votantes conservadores en todo el país.

Doble rasero

En un discurso pronunciado el jueves, DeSantis justificó su decisión y dijo que intentaba aplicar fórmulas innovadoras para “proteger a Florida del impacto de las políticas fronterizas de Biden”.

“Si hay personas que se inclinan a pensar que Florida es un buen lugar, nuestro mensaje para ellos es que no somos un estado santuario y es mejor que puedan ir a una jurisdicción santuario”, expresó.

“Y, sí, les ayudaremos facilitándoles el transporte para que puedan ir a pastos más verdes”, dijo con ironía.

El gobernador de Florida acusó a los demócratas de tener una doble moral cuando se trata del tema migratorio.

“Todas esas personas en [Washington] DC y Nueva York que se golpeaban el pecho cuando Trump era presidente, diciendo que estaban muy orgullosas de ser jurisdicciones santuario, diciendo lo malo que era tener una frontera segura, [cuando] apenas se les lleva a las puertas de sus casas una pequeña fracción de lo que enfrentan cada día las ciudades fronterizas, de repente se vuelven locos”, manifestó.

“Están tan molestos porque esto está sucediendo y eso te indica que esas muestras de virtud son un fraude”, afirmó.

El comentarista conservador Ben Shapiro publicó este viernes un mensaje en Twitter que ironizaba siguiendo esa misma línea de argumentación: “Nuestros pensamientos y oraciones con la gente de Martha’s Vineyard, quienes están en un estado de crisis humanitaria gracias a la presencia de 50 inmigrantes ilegales”.

En cuanto al impacto sobre Florida, DeSantis aseguró en su discurso que el envío de migrantes a lugares santuario protege a ese estado al reducir la posibilidad de que los migrantes viajen allí.

“Una de las razones por las que queremos transportarlos -algo que obviamente es costoso- es porque si vinieran acá eso sería una carga sobre los servicios sociales y todas esas cosas, en cambio si podemos llevarlos a un santuario, entonces, la posibilidad de que vengan a Florida se reduce dramáticamente”, agregó.

De acuerdo con el diario Miami Herald, la gobernación de Florida pagó unos 617 mil dólares a la compañía aérea que transportó a los migrantes a Martha’s Vineyard.

Y tiene más fondos para este tipo de operaciones, pues el Congreso de Florida -controlado por los republicanos- incluyó en el presupuesto anual del estado unos 12 millones de dólarespara este propósito.

Este viernes por la mañana, los migrantes que estaban en Martha’s Vineyard fueron trasladados a una base militar en Cape Cod, en tierra firme, a unos 90 kilómetros de distancia de Boston.

Según le explicó al Miami Herald el director ejecutivo de la ONG Lawyers for Civil Rights (Abogados por los Derechos Civiles), Iván Espinoza-Madrigal, las familias migrantes estaban siendo reubicadas en tierra firma debido a las limitaciones existentes en los servicios de transporte hacia y desde Martha’s Vineyard, así como por las dificultades para el acceso allí a abogados de inmigración.

No está claro cuánto tiempo permanecerán los migrantes en Cape Cod.

De acuerdo a los abogados que les están asistiendo, es posible que algunos de ellos se establezcan en Boston y en zonas aledañas, pero también es posible que muchos decidan ir hacia otros destinos donde tienen familiares o amigos.

Según han dicho, uno de los más probables es Florida.

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