El máximo funcionario de Salud de Estados Unidos declaró ayer que “todas las opciones están sobre la mesa” a la hora de ayudar a las mujeres que deseen interrumpir su embarazo, luego de que la Corte Suprema eliminó las protecciones constitucionales al aborto.

Aun así, lo cierto es que las opciones para el gobierno son pocas. El presidente Joe Biden calificó el fallo del máximo tribunal, ocurrido el viernes, de “un día triste para la corte y para el país”. El secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, tildó el fallo de “despreciable”.

La decisión coloca el tema del derecho de una mujer de decidir sobre su propio cuerpo en el centro de la campaña política de cara a las elecciones de medio mandato que tendrán lugar en noviembre, en las que se decidirá el control del Congreso y de varios gobiernos estatales.

En una conferencia, Becerra reconoció que “no hay una panacea” que garantice totalmente el acceso a un aborto para las mujeres que tomen esa decisión. Sin embargo, prometió que “si hay algo que podamos hacer, lo averiguaremos y lo haremos aquí en el Departamento de Salud y Servicios Humanos”.

Afirmó que el gobierno trabajará para que sigan disponibles los medicamentos abortivos y para que sigan protegidos la privacidad del paciente y se mantengan los métodos de planificación familiar, entre ellos los anticonceptivos de emergencia.

“Los abortos por vía de un medicamento son un procedimiento que fue aprobado hace años por la FDA y que no causa daño”, expresó Becerra en alusión a la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Señaló que las leyes federales requieren la entrega de píldoras abortivas en caso de violación o incesto o para proteger la vida de la madre. “Hoy más que nunca, es imperativo que todos los programas y servicios que cuentan con financiamiento federal se atengan a la ley”, aseveró.

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