Por Leobardo Vázquez Hernández

La edición 289 de Clásico Tapatío no defraudó en el Estadio Akron. Por noventa minutos todo el país fue testigo de un duelo emocionante, lleno de lucha y ocasiones en ambas porterías.

Una noche que ante la adversidad de las últimas horas se pintó de rojo y blanco al derrotar (4-1) al acérrimo rival con un doblete de Ricardo Marín, uno de Fernando Beltrán y otro de Roberto Alvarado.

La velada tapatía inició con el equipo local volcado al frente, alentado por su fanaticada que atrás dejó lo vivido durante la semana y no dudó en disfrutar de los que podrían ser los últimos noventa minutos de Veljko Paunovic en el banquillo.

La unión rojiblanca e incluso el ‘llamado rojiblanco’ hizo su labor e incomodó a la academia, que sufrió los primeros minutos del cotejo y rápidamente vio la caída de su meta.

La anotación que abrió el marcador llegó de los pies de Fernando Beltrán, quien con un disparo de larga distancia dejó sin oportunidad a Camilo Vargas al 9′.

Situación que tuvo respuesta rojinegra, que aprovechó la recta final del primer tiempo para ir al frente y encontrar el empate mediante su capitán Aldo Rocha, que con una gran anotación igualó el partido al 44′.

El tanto fue un balde de agua fría para Chivas, que tras la charla volvió al campo con otra mentalidad, teniendo como único objetivo la anotación de la ventaja.

Un grito que no tardó en llegar ante la presión rojiblanca, gracias a un remate de cabeza de Ricardo Marín, quien con un remate de cabeza y colaboración de Camilo Vargas mandó el esférico al fondo al 63′.

La jornada de ensueño para Chivas llegó en el peor momento de su equipo, al marcar en el Clásico Tapatío con un disparo al 84′ de Ricardo Marín.

Y en los últimos minutos aprovechar la marcación de un penal y definición de Roberto Alvarado al 90+3 para terminar el partido.

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