Beirut.— Una explosión en Beirut mató ayer a Saleh al-Arouri, un alto funcionario del grupo militante palestino Hamas y a otras tres personas, dijeron funcionarios de Hamas y del grupo libanés Hezbolá, que prometieron que “no quedará sin respuesta ni impune”; Israel se dijo “muy preparado para cualquier escenario”.

“En Hezbolá, confirmamos que este crimen no pasará sin respuesta ni impune (…) Nuestras manos están en el gatillo y nuestros combatientes están preparados al máximo nivel”, afirmó en un comunicado el movimiento chiita que controla la zona donde tuvo lugar la acción.

La formación chiita denunció en su nota que el Estado judío ha recurrido a asesinar a “todos” aquellos que ayudaron a lanzar o apoyaron el ataque del 7 de octubre contra su territorio, tras ser incapaz de “subyugar” a los palestinos durante los últimos tres meses de guerra.

Hezbolá dijo que el asesinato fue “un ataque grave al Líbano” y “un acontecimiento peligroso en el curso de la guerra entre el enemigo y el eje de la resistencia” en una publicación en Telegram.

El jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, afirmó que su movimiento “nunca será vencido”.

“Un movimiento cuyos líderes y fundadores caen como mártires por la dignidad de nuestro pueblo y nuestra nación nunca será vencido”, declaró Haniyeh en una alocución por televisión.

En su discurso, Haniyeh culpó a la “ocupación sionista” del bombardeo y lo calificó de “acto terrorista”. También declaró que se trataba de “una violación de la soberanía de Líbano y una expansión” de la agresión “contra nuestro pueblo y nuestra nación”.

El primer ministro palestino, Mohammad Shtayyeh, condenó el asesinato del líder adjunto.

El contraalmirante israelí Daniel Hagari no hizo ninguna mención directa del asesinato en un presunto ataque con aviones no tripulados israelíes en Beirut, Líbano.

Y hasta ahora Israel no ha dicho que sea responsable.

Associated Press informó que Hagari dijo: “Estamos centrados y seguiremos centrados en luchar contra Hamas. Estamos muy preparados para cualquier escenario”.

El número dos de Hamas era uno de los fundadores del ala militar y había encabezado la presencia del grupo en Cisjordania.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, había amenazado con matarlo incluso antes de que comenzara la guerra entre Hamas e Israel el 7 de octubre.

El primer ministro libanés, Najib Mikati, ha ordenado elevar una queja “urgente” ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Llamó “al ministro de Exteriores, Abdalá Bou Habib, pidiéndole que presente una queja urgente ante el Consejo de Seguridad en el contexto del flagrante ataque a la soberanía libanesa con el bombardeo ocurrido en los suburbios sur de Beirut”.

En otra nota, Mikati denunció que la acción busca “llevar al Líbano a una nueva fase de enfrentamientos” pese a sus esfuerzos por evitarlo y llamó a la comunidad internacional a que “presione” a Israel para poner fin a sus ataques contra el territorio libanés.

“Como siempre, el Líbano está comprometido con las resoluciones de legitimidad internacional, especialmente la resolución 1701, pero Israel la violó y todavía no está satisfecho con la matanza y la destrucción”, denunció el primer ministro libanés.

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