San Juan/Toa Baja, Puerto Rico.— Puerto Rico sufrió ayer graves inundaciones y cortes generalizados de luz debido a las copiosas lluvias que trajo Ernesto, que se convirtió en huracán categoría 1 al pasar al norte de la isla.

“El pronóstico oficial todavía refleja la posibilidad de que Ernesto se convierta en un huracán mayor en unas 48 horas”, dijo el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami. Puerto Rico, Vieques, Culebra y las Islas Vírgenes británicas y estadounidenses estaban bajo alerta por tormenta tropical.

Las precipitaciones provocaron que todos los ríos de la isla quedaran “cerca o sobre su nivel de desbordamiento”, según dijo el meteorólogo Ernesto Morales, del Servicio Nacional de Meteorología (SNM).

La agencia meteorológica advirtió desde el inicio de la jornada de inundaciones repentinas en la mayor parte de Puerto Rico y pronosticó acumulaciones totales de lluvia de entre 15 a 25 centímetros. Una de la zonas más afectadas fue la norteña Toa Baja, en la desembocadura del río La Plata, donde las autoridades tuvieron que desalojar a varias familias.

El inspector Robert Ramos Rosario, director del Cuerpo de Investigaciones Criminales del área de Bayamón, explicó a EFE que se cerró la carretera 2 por seguridad de los ciudadanos a causa del desbordamiento del río: “Cada vez que hay un evento atmosférico esto ocurre porque el río viene desde la zona montañosa de Barranquitas, Comerío, Cayey y Naranjito, y desemboca aquí”, lamentó.

Debido a que se abrieron cuatro compuertas de la represa La Plata, el personal de Manejo de Emergencias de Toa Baja orientó a la ciudadanía a desalojar el área del pueblo y los barrios de Toaville, San José, Campanilla y Monserrate.

También el municipio de Añasco emitió una orden de desalojo para los barrios de Miraflores, Espino, Cidra, Pozo Hondo, Corcovada Abajo y Playa debido a la amenaza inminente de inundaciones que representa el río Grande. Otros ríos fuera de su cauce fueron Fajardo, Blanco, Jacaguas e Inabón. Las aguas de estos últimos invadieron la carretera PR-1 y la pista del Aeropuerto Internacional de Mercedita en Ponce. Decenas de carreteras quedaron asimismo bloqueadas.

Más de 700 mil clientes seguían sin luz en Puerto Rico, y 23 hospitales están operando con generadores, dijo el gobernador Pedro Pierluisi. Añadió que trabajadores están evaluando los daños y que era demasiado pronto como para saber cuándo sería restablecida la electricidad. No todo el mundo puede permitirse generadores en la isla de 3.2 millones de personas, que tiene una tasa de pobreza de más de 40%.

“Ya la gente se preparó con velas”, dijo Lucía Rodríguez, vendedora callejera de 31 años.

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