Para el productor teatral Emmanuel Sotelo todos, actores y no actores deberían experimentar la improvisación porque nos enseña algo fundamental para la vida: estar en el aquí y el ahora.

Además, destaca que con esta disciplina se aprende a perder el miedo al fracaso y a no verlo como algo malo.

“Cuando la impro te da este bonito regalo de perderle el miedo al fracaso, lo que sigue es divertirse y atreverse a hacer cosas, dejar de censurarse, además de estar en el aquí y el ahora, porque siempre estamos en el pasado o pensando en el futuro. La impro es estar en el presente”.

Sotelo es productor y creador de “Infierno social club”, espectáculo que surgió durante la pandemia con el fin de seguir contando historias; primero fue un streaming que se llamó “Mi vida de cuadritos”, donde un jefe explotador le hacía la vida imposible a sus empleados. Al abrirse los teatros le hizo algunos ajustes y creó un nuevo concepto que involucra cabaret, standup, improvisación y música.

“Se me ocurrió ir más allá y que en lugar de un jefe malvado fuera el demonio, y en lugar de godínez fueran condenados; así nace la premisa del infierno, donde Lucifer les da la oportunidad de salvarse cumpliendo retos de improvisación, para que al final el público decida quién se salva”.

El espectáculo conjunta dos disciplinas contrarias: el standup, donde las rutinas deben estar escritas y bien planeadas con la finalidad de hacer reír, y la improvisación, donde no hay planeación y lo único que se busca es generar historias. En este show su punto en común será el humor.

El elenco de Los condenados incluye a María Pura, Pablo Cue, Felisa Vicente y Emmanuel Sotelo, entre otros, quienes jugarán y encarnarán estereotipos como la señora fifi, la rockera con gustos fresas o el taquero callejero.

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