Desde el exterior, parece solo un contenedor de envío, estacionado cerca de un área boscosa en Tablyn Park en Lake Elmo. Pero por dentro es un laberinto de tuberías y grandes contenedores. Todo es parte de un nuevo proceso de fabricación de espuma, diseñado para eliminar y destruir los químicos dañinos del agua contaminada. Según informa Canal 5 ABC, Rebecca Higgins, hidrogeóloga sénior de la Agencia de Control de la Contaminación de Minnesota, dice que el objetivo final del proyecto es obtener agua potable.

“Tener recursos de agua potable seguros y sostenibles para las generaciones actuales y futuras”, explica. Higgins es parte de un equipo MPCA estacionado en el parque. El área se considera zona cero para la contaminación de productos químicos sintéticos llamados ‘sustancias per- y polifluoroalquilo’, o PFAS, para abreviar.

“Estos son productos químicos que no desea ingerir”, señala Jeff Holtz, miembro del Concejo Municipal de Lake Elmo. “Sin embargo, en términos de nuestro acuífero, están presentes en niveles que son inaceptables”. Holtz también es miembro del grupo de trabajo público para el acuerdo de 3M. El grupo supervisa al menos parte del acuerdo de $850 millones, alcanzado después de que el fiscal general demandara a la empresa, diciendo que los productos químicos PFAS habían dañado el agua potable y los recursos naturales en el metro.

La MPCA dice que la contaminación hizo que la ciudad de Lake Elmo cerrara los pozos y advirtiera a los residentes que no comieran pescado capturado en sus aguas. Luego de pagar los gastos legales y otros, se invirtieron $750 millones en proyectos ambientales en el metro este. Holtz dice que el nuevo proyecto es importante. “Muchos estudios se han centrado en los impactos negativos para las mujeres embarazadas y los fetos”, explica. “Hay algunos estudios que analizan otros impactos, como ciertos tipos de cáncer”.

La nueva tecnología se llama ‘fraccionamiento de espuma de superficie activa’, también conocida como SAFF. Se inyecta aire en el agua contaminada, lo que hace que se forme espuma y atrape los productos químicos. “Estamos agregando agua y haciendo que esas burbujas suban a la superficie, y luego nos uniremos a ellas y las eliminaremos físicamente”, dice Higgins. “Y luego, literalmente, sacándolos del agua y luego concentrándolos en una pequeña cantidad de líquido”.

Ella dice que el sistema puede procesar hasta 60,000 galones por día, dejando cinco galones de fluido contaminado, que se destruye en otro proceso. El agua ahora limpia se devuelve al medio ambiente. “De eso se trata todo esto, de probar estos sistemas”, dice Higgins. “Vea lo que pueden hacer con las condiciones del mundo real, el agua subterránea del mundo real y el agua superficial del mundo real”.

El equipo de investigación ha perforado varios pozos, uno de ellos de 420 pies de profundidad, para recolectar agua del acuífero para realizar pruebas y poder hacer este trabajo durante todo el invierno. Higgins dice que la tecnología es móvil, por lo que el equipo podrá realizar pruebas en otros lugares. Mientras tanto, MPCA dice que ya existen sistemas que garantizan que el agua potable del área sea segura.

Se espera que estos nuevos dispositivos sean más asequibles y eficientes. “Estas tecnologías serán importantes, porque esto no va a desaparecer”, dice Holtz. “El PFAS estará en nuestros acuíferos durante las próximas generaciones. Durará mucho más allá de mi vida, o de la vida de mis hijos”.

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