Washington.— Esperaban un autobús para cumplir sus sueños, pero en vez de ello encontraron la muerte.

Ocho venezolanos perdieron la vida en Brownsville, Texas, cuando un hombre, identificado como hispano, los atropelló con su camioneta. Siete personas murieron en el acto y de las 10 que fueron llevadas al hospital, una no sobrevivió, después de que el individuo se pasara una luz de semáforo y los impactara a toda velocidad frente al Centro Obispo Enrique San Pedro Ozanam, que alberga a personas sin hogar y a migrantes en la frontera con México.

Martín Sandoval, portavoz policial de Brownsville, detalló que el conductor fue retenido por testigos hasta que llegó la policía, pero el hombre no está cooperando, ya que ha dado nombres diferentes y la policía intenta averiguar quién es a través de las huellas digitales.

Además, se le tomó una muestra de sangre y se ordenó una prueba de toxicología.

Víctor Maldonado, responsable del albergue, dijo que las víctimas eran hombres venezolanos que llegaron hace unos dos o tres días, y que en el momento del suceso entre 20 y 25 migrantes estaban sentados en la acera esperando un autobús al otro lado de la calle del refugio. En un principio, las autoridades dijeron que parecía tratarse de un ataque intencionado, pero luego informaron que averiguan si el agresor iba intoxicado, si fue un simple accidente o un ataque premeditado.

Un video de vigilancia del refugio captó el momento del atropello masivo, que ocurrió en torno a las 8:30 de la mañana del domingo, hora local.

“Lo que vemos en el video es que un Range Rover pasó el semáforo que estaba a unos 100 pies de distancia [30 metros] y golpeó a las personas que estaban sentadas en la parada de autobús”, indicó Maldonado.

Las versiones de sobrevivientes coinciden: Luis Herrera, migrante venezolano, dijo a The New York Post que él y sus amigos estaban esperando para ir al aeropuerto cuando fueron alcanzados. “Fue repentino. Una mujer pasó y nos dijo que abandonáramos la zona. Empezamos a irnos y en un segundo el conductor se acercó y nos estaba señalando, maldiciendo, llamándonos cosas como ‘hijo de…’ y otras cosas que no entendí”.
Cuando el conductor se acercó, “pisó el acelerador. A fondo”. Él logró salvarse, pero sus amigos no.

Michael Eduardo de Aponte, venezolano, contó a The New York Times que “el conductor gritó insultos antiinmigrantes al grupo mientras huía”.

El suceso se produce en vísperas del fin, el 11 de mayo, del Título 42, una medida que adoptó el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) y después continuó el mandatario demócrata Joe Biden para expulsar a migrantes con el argumento de la pandemia. Mientras el gobierno despliega más efectivos en la frontera, republicanos advierten de una “invasión de migrantes”.

Para la Unión Americana de Libertades Civiles, que este atropello ocurriera ayer no es casualidad: “Entendemos que el motivo sigue bajo investigación. Este horrible suceso se produce después de semanas de una escalada de políticas antiinmigrantes por parte de los políticos de Texas y mientras el gobierno de Biden considera imponer una nueva prohibición de asilo”. Por ello, hizo un llamado a emprender acciones inmediatas para proteger a los migrantes.

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