Israel bombardeó Rafah, ciudad que considera clave en su guerra contra Hamas, pese a que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) le ordenó la víspera suspender sus operaciones en esa zona del extremo sur de la Franja de Gaza.
Un alto funcionario israelí declaró a la AFP que Israel tiene la “intención” de relanzar “esta semana” las negociaciones indirectas con el movimiento islamista palestino, mediadas por Estados Unidos, Qatar y Egipto, en vistas a un acuerdo de tregua.
Los contactos internacionales se reanudaron en París, donde se reunieron representantes estadounidenses e israelíes, después de un estancamiento debido a la operación militar israelí en Rafah.
La máxima instancia judicial de la ONU ordenó el viernes a Israel detener su operación en esta ciudad fronteriza con Egipto y cualquier otra acción que pueda provocar la “destrucción física total o parcial” del pueblo palestino en Gaza.
La CIJ también exigió la apertura del paso fronterizo entre Egipto y Gaza en Rafah, puerta de entrada de ayuda humanitaria que Israel cerró a principios de mes al iniciar sus operaciones en la ciudad.
El tribunal, cuyas decisiones son vinculantes aunque no tenga medios para implementarlas, urgió por otro lado al movimiento islamista Hamás a liberar inmediatamente a todos los rehenes capturados en su ataque del 7 de octubre contra Israel.
Pero ninguno de los dos bandos parece haber atendido las demandas del tribunal.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, recordó a Israel que “las medidas cautelares” dictadas por la CIJ son “obligatorias”.
“También el alto el fuego, la liberación de los rehenes y el acceso humanitario”, añadió.
Los ministros de Finanzas del G7, grupo de las siete mayores economías industrializadas, pidieron a Israel que “garantice” los servicios bancarios a los bancos palestinos, después de que Israel amenazara esta semana con negarles el acceso a su propio sistema.
Relanzar las negociaciones
En la Franja de Gaza, testigos y periodistas de la AFP reportaron bombardeos de las tropas israelíes contra Rafah, Khan Yunis, también en el sur, y la ciudad de Gaza, en el norte.
El ejército israelí anunció que varios milicianos murieron en “combates cuerpo a cuerpo” el viernes en Jabaliya, en el norte, y por “disparos de tanques” en el centro. También afirmó haber “eliminado una célula terrorista” en Rafah.
El conflicto estalló el 7 de octubre, cuando comandos islamistas mataron a más de 1.170 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
Los milicianos también secuestraron a 252 personas. Israel afirma que 121 permanecen secuestradas en Gaza, de las cuales 37 habrían muerto.
En respuesta al ataque de octubre, Israel lanzó una ofensiva contra la Franja de Gaza, en la cual han muerto hasta el momento 35 mil 903 palestinos, en su mayoría civiles, según el ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
Las negociaciones indirectas se estancaron a principios de mayo, poco después del inicio de las operaciones terrestres de Israel en Rafah.
El sábado, un alto funcionario israelí indicó a la AFP, bajo condición de anonimato, que su país tenía “la intención de reanudar las conversaciones esta semana y hay un acuerdo”.
Medios de comunicación israelíes indicaron que el jefe del Mosad –el servicio de inteligencia–, David Barnea, acordó durante reuniones en París con el director de la CIA, William Burns, y el primer ministro qatarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, un nuevo marco para las conversaciones.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, también habló con el ministro del gabinete de guerra israelí, Benny Gantz, sobre los nuevos esfuerzos para conseguir un alto el fuego y la reapertura del paso de Rafah lo antes posible.
“Terminen con esta pesadilla”
Las tropas israelíes entraron en algunos sectores de la ciudad de Rafah a principios de mayo, a pesar de la oposición de la comunidad internacional, incluido su aliado estadounidense.
Los soldados tomaron la parte palestina del cruce fronterizo con Egipto, lo que ha ralentizado todavía más el suministro de ayuda humanitaria para los 2,4 millones de gazatíes.
Israel “solo escucha su ideología extremista de muerte y destrucción con el fin (…) de aumentar los destrozos”, estimó Yahya, un palestino de 34 años, en Rafah.
La situación humanitaria en el territorio es alarmante, con riesgo de hambruna, hospitales fuera de servicio y unas 800.000 personas huidas de Rafah, según la ONU.
El jefe de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Martin Griffiths, dijo que “los trabajadores humanitarios y el personal de la ONU deben poder realizar su trabajo con seguridad”.
Italia anunció el sábado que reanudará la financiación de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que coordina la ayuda en Gaza.
Varios países dejaron de financiar a la UNRWA después de que Israel acusara a varios de sus empleados de estar implicados en el ataque del 7 de octubre.