El presidente estadounidense Joe Biden goza de “buena salud” y es “apto” para ejercer sus funciones, así lo certificó este jueves su médico de cabecera después de que el mandatario norteamericano, que plantea presentarse a la reelección en 2024, se sometiera a un chequeo anual.
El médico Kevin O’Connor, que lo trata desde hace más de diez años, le realizó una serie de pruebas, incluido “un examen neurológico extremadamente detallado”.
Según el informe difundido este jueves por la Casa Blanca, no se encontraron indicios de trastornos neurológicos como esclerosis múltiple o lateral, accidente cerebrovascular o Parkinson.
Según el especialista, Biden estuvo expuesto mucho tiempo al sol durante su juventud, por lo que se le han extirpado cánceres de piel no melanoma localizados. Esta vez se le extrajo una “lesión” del tórax que será analizada.
Biden, el presidente más viejo de la historia de Estados Unidos, solo padece dolencias de poca importancia que trata con tres medicamentos, detalló el médico.
El demócrata sufre “fibrilación auricular no valvular”, una afección cardíaca que permanece “estable” y un nivel elevado de lípidos en sangre que corrige con tratamiento y alergias.
El médico también aseguró que dos problemas observados durante el último examen en noviembre de 2021, es decir cierta rigidez al andar y una tos frecuente relacionada con el reflujo gastroesofágico, siguen “estables”.
El presidente de Estados Unidos mide 1 metro 83 y pesa 81 kilos, usa lentes de contacto, no fuma ni bebe alcohol y practica deporte cinco veces por semana.
Los resultados del informe suscitaban gran interés de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Pese a las encuestas desfavorables, Biden lleva tiempo diciendo que “tiene la intención” de presentarse a los comicios, pero hace unos días declaró que aún no había tomado una decisión “definitiva”.
Su predecesor Donald Trump ya está oficialmente en la carrera por la nominación republicana.
El 19 de noviembre de 2021, el demócrata se sometió a una revisión completa. Le hicieron una colonoscopia bajo anestesia general, lo cual obligó a traspasar sus poderes durante una hora y 25 minutos a la vicepresidenta Kamala Harris, quien se convirtió en la primera mujer en asumir las prerrogativas presidenciales en la historia de Estados Unidos.
Como el resultado fue bueno no hizo falta repetirla este año, precisó la Casa Blanca.
Biden no ha tenido problemas de salud importantes desde que se sometió a una cirugía cerebral en 1988. Dio positivo por COVID-19 en julio pasado, pero lo superó sin problemas.
Hasta ahora, el mandatario estadounidense ha demostrado que está “muy en forma”, cumpliendo con una agenda apretada de intervenciones públicas y viajes.
Pero la oposición republicana suele atacarlo por su edad y algunos incluso ponen en entredicho que cuente con la agilidad mental necesaria. Se basan en que en ocasiones se le ha visto algo confuso y con dificultad para hablar.
Nikki Haley, una republicana de 51 años que acaba de entrar en la carrera por la nominación republicana para las presidenciales, pidió el miércoles pruebas de aptitud intelectual para cualquier funcionario mayor de 75 años.
Esto también se aplicaría a Donald Trump, de 76, a quien desafía con su candidatura.
La ex embajadora ante la ONU espera capitalizar el deseo de los estadounidenses de renovar a sus políticos.
Según las encuestas, la mayoría de los votantes no quiere un segundo mandato de Biden pero tampoco que Trump vuelva al poder.
Si lo hace, Biden tendrá que afrontar a la vez la campaña electoral y su cargo de presidente.