San José.– Con el ascenso ayer del izquierdista Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, más del 53% de la población de América Latina y el Caribe—352 millones 600 mil personas—quedó bajo 12 gobiernos socialistas, comunistas o de izquierda, en un fenómeno solo precedido en términos porcentuales en 2009.

El 55,6% de los latinoamericanos y caribeños fueron gobernados en 2009 por 10 gobiernos izquierdistas: Raúl Castro en Cuba; Rafael Correa en Ecuador, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil; Fernando Lugo en Paraguay; Tabaré Vázquez en Uruguay (1940—2020); Hugo Chávez en Venezuela (1954—2013); Cristina viuda de Kirchner en Argentina; Daniel Ortega en Nicaragua; Mauricio Funes en El Salvador; y Manuel Zelaya en Honduras.

Los 10 gobernaron a 317 millones 100 mil habitantes, en una zona que en ese año registró 570 millones de habitantes.

Aunque ayer comenzó un momento sin precedentes numéricos en la historia interamericana, los 12 tampoco son un bloque homogéneo. Con las excepciones de Cuba, Venezuela y Nicaragua, ninguno proclamó una política de combate al capitalismo o al imperialismo de Estados Unidos ni abrazó alguna causa para desmontar a la democracia como modelo gobernante.

Petro y los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, de Bolivia, Luis Arce, de Chile, Gustavo Boric, de Honduras, Xiomara Castro, de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Perú, Pedro Castillo (de dudosa militancia izquierdista), fijaron una distancia clave con Ortega y los de Cuba, Miguel Díaz—Canel, y Venezuela, Nicolás Maduro: llegaron a la jefatura de Estado por la vía de comicios democráticos, legítimos, libres, justos, transparentes y verificables.

Una situación similar de competencia en elecciones democráticas se registró con el presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.

“Esta nueva izquierda llega por vía electoral, no por guerrilla. EEUU debe entender que en la zona hay varias izquierdas: cambian de acuerdo con los movimientos sociales y políticos que las apoyen, con características y liderazgos específicos por país”, adujo el abogado y politólogo costarricense Constantino Urcuyo, director académico del (no estatal) Centro de Investigación y Adiestramiento Político Administrativo, de Costa Rica.

“Una cosa es Boric, crítico de Ortega y Maduro, y otra es Arce, cercano a esos regímenes. Lula no concordará con las políticas globales de EU”, dijo Urcuyo.

“No hay una sola izquierda: son varias y responden a realidades nacionales diversas. EU deberá elaborar políticas específicas para cada una de esas realidades y de esos gobiernos y tampoco puede creer que todos están coordinados desde Moscú, como en la Guerra Fría”, añadió.

En la Guerra Fría, que estalló en 1947 tras el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939—1945) y se prolongó hasta 1989, con la caída del Muro de Berlín, y 1991, con la desintegración de la Unión Soviética, las izquierdas de América Latina y el Caribe respondían mayoritariamente a los intereses comunistas de Moscú.

Gran aliado

Tras asumir, un desafío de Petro será lograr un nexo balanceado con Washington, sin descartar que ocurran divergencias normales en los vínculos bilaterales, pero a sabiendas de que ya el presidente de EU, Joe Biden, definió que “Colombia es la piedra angular de la política estadounidense en América Latina y el Caribe”.

Con datos de ayer del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés), la población total de América Latina y el Caribe llegó a 661 millones de habitantes, de los que unos 352 millones 600 mil son regidos por gobiernos socialistas, comunistas o izquierdistas en 12 de los 33 países del área: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, Guyana, Honduras, México, Nicaragua, Perú, San Vicente y las Granadinas y Venezuela.

Antes del ingreso de Colombia a ese club, el porcentaje de 11 países fue del 45,4% por unos 300 millones de habitantes.

En este panorama, y con el cambio histórico en Colombia con un primer presidente de izquierda en más de 212 años desde que se independizó de España, el calendario político hemisférico cruzará por un momento crucial con las elecciones presidenciales en Brasil en octubre próximo, el 2 la primera ronda y, de ser necesario, el 29 la segunda.

Una victoria de Lula, presidente de Brasil de 2003 a 2010, terminaría por pintar de izquierda al mapa hemisférico. Si gana Lula, con el presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, como su principal adversario, se aumentaría a unos 566 millones 700 mil latinoamericanos y caribeños bajo gobiernos izquierdistas: el 83,5%.

A diferencia de Díaz—Canel, Maduro y Ortega, los presidentes Fernández, Ali, Arce, Boric, Castro, Gonsalves, López Obrador y Castillo demostraron que, pese a cualquier controversia con Washington, los lazos diplomáticos, políticos y socioeconómicos con la Casa Blanca son respetuosos, fluidos… y también polémicos.

Acusados por EU de ser antidemocráticos y violadores de los derechos humanos, Cuba, Venezuela y Nicaragua soportan sanciones económicas y políticas de Washington. La Habana, Caracas y Managua denunciaron que la política de EU en su contra es criminal, genocida y violadora del derecho internacional, rechazaron la injerencia externa en sus asuntos internos y defendieron su aparato político y su libre autodeterminación.

Los restantes 21 gobiernos latinoamericanos y caribeños son de derecha, centro o centroderecha, con partidos socialdemócratas—como las excolonias británicas—o socialcristianos, de Brasil, Panamá, Costa Rica, Belice o Jamaica a Ecuador, Uruguay, República Dominicana o Surinam.

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