Mikel Arriola, presidente de la Liga MX, visitó el estadio La Corregidora, sitio en el que la violencia llegó a niveles nunca antes vistos, durante el juego del sábado entre los Gallos Blancos y el Atlas. Los informes de la autoridad señalan a 26 personas lesionadas.
El directivo confirmó que este suceso no quedará impune e incluso habló de una probable desafiliación del Querétaro como consecuencia de la violencia registrada. El problema es que, hasta ahora, las medidas tomadas no lucen tan severas como parecía merecer lo sucedido en La Corregidora.
“Llegaremos a las últimas consecuencias”, afirmó Arriola a EL UNIVERSAL Deportes. “Todos los escenarios están sobre la mesa y el proceso debe ser eficiente”, comentó el presidente de la Liga MX, durante la rueda de prensa que ofreció junto a Gabriel Solares, presidente de Gallos Blancos, y Adolfo Ríos, director deportivo del club.
Arriola sostendrá mañana una junta extraordinaria con los dueños de los otros 17 clubes para “modificar el estatus que tienen los grupos de animación”. “Hay que ver cómo cambiamos esta política. Las barras, a partir de hoy, no podrán ir a los estadios donde juegue su equipo como visitante”, afirmó.
De hecho, para Arriola el primer paso es romper la relación equipo-barra y lo hablará en la Asamblea extraordinaria. Aseguró que para la Liga MX el aficionado es lo primordial: “Lo más importante es la salud y la postura es junto con el club para apoyar [a los afectados]”.
La primera decisión fue suspender el resto de la Jornada 9 en todas las categorías del futbol mexicano y la segunda la confirmó ayer por la mañana: “La Corregidora está suspendida para realizar toda labor futbolística, el tiempo lo determinará la Comisión Disciplinaria”. Al cierre de esta edición, el reporte del Gobierno de Querétaro no incluía algún deceso por la trifulca; al respecto, Arriola pidió estar informados sólo con fuentes oficiales.