La prisión de Guantánamo cumplió ayer 20 años abierta, pese a ser un polémico símbolo de la lucha antiterrorista de Estados Unidos, que actualmente alberga a 39 reos, y cuyo cierre todavía no se vislumbra a pesar de las promesas del presidente Joe Biden.
Ubicado en una base naval en el este de Cuba, el centro de detención de la bahía de Guantánamo abrió en 2002 por orden del entonces presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009), como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
“Veinte años después, es innegable que la prisión de Guantánamo es un fracaso legal, moral y ético. Es un símbolo mundial de la injusticia, la tortura y el desprecio por el Estado de derecho”, dijo Hina Shamsi, directora de Seguridad Nacional de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).
Destino de casi 800 presuntos terroristas detenidos en Afganistán e Irak, Guantánamo ha sido señalada por los programas de detenciones secretas y torturas, que incluían ahogamientos simulados y técnicas para que los presos no pudieran dormir.
En este sentido, el gobierno de Estados Unidos insistió en que quiere cerrar Guantánamo, pese a no haber adoptado todavía ningún paso concreto ni haber anunciado ninguna medida.
El vocero del Pentágono, John Kirby, dijo en a la prensa que la administración Biden “sigue centrada en el cierre de la instalación de detención de la bahía de Guantánamo. Nada ha cambiado a ese respecto, estamos en mitad de una revisión ahora sobre la manera de proceder”.
Estados Unidos gasta cada año 540 millones de dólares para mantener Guantánamo, donde en la actualidad hay 39 hombres internados, 27 de ellos sin cargos penales en su contra, según un informe publicado por Human Rights Watch (HRW).
Para la organización en pro de los derechos, el uso de estas prácticas por parte de Estados Unidos ha dañado todo el sistema internacional de derechos humanos, facilitando los abusos por parte de otros países y haciendo más fácil su justificación.
Cuba critica ocupación
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, criticó los “escandalosos abusos” cometidos en el territorio “ilegalmente ocupado en la bahía de Guantánamo”. En esa línea, el ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, apuntó en redes sociales que la “base naval de Estados Unidos en Guantánamo alberga historia de 20 años de ignominia”.
El canciller manifestó que allí han estado “780 personas detenidas arbitrariamente, sin juicio o debido proceso, incluidos menores. No pocos de ellos víctimas de torturas y tratos degradantes violatorios de los derechos humanos”.