Las declaraciones de apertura comienzan el lunes en el juicio por asesinato de Gregory Ulrich. El hombre de 68 años está acusado de asesinato, intento de asesinato y detonación de explosivos en un tiroteo mortal dentro de una clínica de salud en Buffalo, Minnesota, el año pasado.

Lindsay Overbay, asistente médica, esposa y madre de dos niños pequeños, murió en el tiroteo y otras cuatro personas resultaron heridas. Según la nota periodística de Canal 4 CBS, los investigadores dicen que Ulrich apuntó a la instalación porque no estaba contento con la atención que recibió.

Las órdenes de allanamiento establecen que Ulrich tiene un historial documentado de dependencia de opiáceos. Según los documentos, Ulrich sufrió una sobredosis poco después de ser dado de alta de una cirugía de espalda en 2016. Ulrich hizo declaraciones sobre mezclar alcohol y opioides, y posteriormente se le cortó la receta de opioides. Más tarde se le prohibió ver al personal médico de las Clínicas Allina.

Desde entonces, la clínica ha reabierto con un memorial y un espacio para reflexionar y sanar a aquellos que se vieron afectados.

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