Ante la acuciante necesidad de miles de personas en el norte del país, un grupo de activistas ha puesto en marcha las “Gratis Tienda”, un proyecto en la mexicana Ciudad Juárez para apoyar a migrantes, desplazados y desfavorecidos donando y reutilizando prendas de vestir.
“Este apoyo está padre porque hay quienes no tenemos ropa y así podemos revivir un poco. Yo vengo con mi esposo y mis dos hijos”, cuenta Marcelina Hernández, una mujer migrante de Guerrero, al sur de México, que lleva un mes viviendo en esta urbe fronteriza.
Marcelina es una de las muchas personas que en los últimos meses ha acudido a algunos de los 28 espacios abiertos por toda la ciudad para ayudar a los más necesitados, en un proyecto que busca además reciclar y reutilizar las prendas de ropa para cuidar también así el medioambiente.
Otra beneficiada es Yeimi Olivas, también desplazada de Guerrero.
“Esta ayuda nos cae bien porque a veces no tenemos para comprar ropa y yo tengo cuatro hijos. Busco ‘shorts’, camisas y calzados”, afirmó la mujer mientras uno de sus hijos, de cinco años, corría por la tienda contento.
Según explicó, la familia -que dejó la región por la pobreza y violencia que padecían- se encuentra en Ciudad Juárez por tiempo indefinido mientras esperan que Estados Unidos se pronuncie sobre su solicitud de asilo.
Sus historias reflejan la situación de decenas de miles de migrantes en la frontera, donde muchos malviven mientras esperan su oportunidad para cruzar al país vecino.
La región vive una ola migratoria sin precedentes con 147.000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020, y un récord de más de 212.000 indocumentados detenidos solo en julio por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.
Precariedad
Tras una larga travesía y el pago de muchos de ellos a coyotes (traficantes de personas) para llegar a la frontera norte mexicana, la mayoría de migrantes arriban sin apenas recursos.
En este contexto de enormes dificultades para solucionar sus necesidades más básicas, proyectos como el de las “Gratis Tienda” -que apoya todo tipo de personas de bajos recursos- suponen un balón de oxígeno para muchos de ellos tras centenares o miles de kilómetros bajo sus pies.
Y a diario entre 30 y 40 migrantes visitan los recintos habilitados.
“Si yo fuera migrante para mí este espacio sería gratificante”, explicó a Efe Julio César Morales, fundador y parte de la red de coordinación de este programa, quien recordó además que reutilizar objetos evita contaminar el planeta.
“Los migrantes son casos difíciles de tratar. Llegan sin zapatos, con frío, y dentro de nuestras posibilidades les ayudamos. Todos se van agradecidos e incrédulos porque llega a ser un sueño para ellos vestir a sus hijos”, indicó Guadalupe Celis, una voluntaria que conoció el lugar -abierto a comienzos de año- a través de las redes sociales.
En su mayoría los migrantes vienen de Guatemala, Honduras, El Salvador o bien del sur de México, subrayó Celis.
Economía solidaria
Según relató Morales, el proyecto nació de un viaje en Berlín, Alemania, donde existen tiendas similares que buscaban apoyar a los más desfavorecidos y propulsar la economía solidaria, pues es la propia ciudadanía quien entrega los objetos.
Hoy, en la zona centro de esta urbe industrial, lo que años atrás fue un bar ahora es una “Gratis Tienda” acondicionada para depositar ropa, zapatos, libros y artículos del hogar, entre otros productos.
Una vez que en el local llegan los artículos donados, la ropa se clasifica en aquella que es para niño, hombre y mujer.
Hay todo lo necesario para poder vestir de cabeza a pies a una persona, e incluso complementos.
“Cuando ves sus caras y su felicidad al llevarse la ropa y zapatos te das cuenta de que aquí no importan las marcas”, concluyó Celis.