Un avión estadounidense aterrizó este miércoles en Venezuela con 131 migrantes deportados tras un acuerdo al que llegó el gobierno de Joe Biden con el mandatario Nicolás Maduro, pese a no reconocerlo formalmente como presidente.
La aeronave llegó al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, que sirve a Caracas, a las 16:26 hrs locales (20H26 GMT), procedente de Harlingen, Texas, con una escala en Miami para abastecer combustible.
Maduro indicó que “todos estaban detenidos en centros de reclusión para migrantes”.
“Me alegra que el día de hoy, en cumplimiento de los acuerdos conversados y firmados entre las autoridades de Venezuela y el gobierno de Estados Unidos, haya regresado el primer grupo de venezolanos que han sido repatriados en el plan Vuelta a la patria, ¡regresan!”, dijo el mandatario durante una actividad en el palacio presidencial.
Esposados de pies y manos, los migrantes fueron colocados en un avión de madrugada en el pequeño aeropuerto de Harlingen, cerca de la frontera con México, constató un equipo de la AFP.
A su llegada pasaron por un proceso de verificación en los sistemas de identificación venezolanos como parte del protocolo.
Dos policías judiciales dijeron a la AFP que se verificará además si existe alguna solicitud por parte de la justicia.
Los pasajeros, mujeres y hombres adultos, no integran ningún grupo familiar, según la policía migratoria estadounidense ICE.
“Aquí viajan desde aquellos que acaban de ingresar ilegalmente a nuestras fronteras hasta aquellos que han estado en el país por un tiempo y han cometido actos criminales”, explicó Corey Price, director asociado de ICE, en Harlingen.
La Casa Blanca anunció a principios de octubre un acuerdo con el gobierno de Maduro para “la repatriación ordenada, segura y legal” de migrantes “que no tienen base legal para permanecer en Estados Unidos”.
Biden, que busca la reelección en 2024, encara una fuerte presión por parte de republicanos, que le acusan de haber causado una crisis migratoria en la frontera con México, e incluso de algunos demócratas tras el desbordamiento de varias ciudades bajo su mando por la llegada de migrantes.
Price adelantó que “en los próximos días y semanas” habrá más vuelos con venezolanos.
Maduro, por su parte, indicó que llegará un vuelo semanal con migrantes deportados desde Estados Unidos.
Venezuela rompió relaciones con Estados Unidos en 2019, tras desconocer la reelección de Maduro un año antes tachándola de fraudulenta. Hasta la ruptura, los migrantes venezolanos sujetos a deportación eran enviados en vuelos comerciales, y después, por un tiempo, a México.
Los detenidos llegaron a Harlingen en buses hasta la pista del aeropuerto texano, y fueron revisados exhaustivamente por oficiales encargados de su custodia, antes de embarcar.
Debido a las cadenas en sus pies, que les fueron retirados una vez a bordo, uno a uno subieron las escalinatas del avión fletado por el ICE, ayudados por un agente. La mayoría vestía su propia ropa, aunque algunos iban con sudaderas de color claro.
Sus pertenencias estuvieron acomodadas en el suelo, en bolsas de colores blanco y naranja, que luego fueron despachadas en el avión.
El vuelo incluye “toda la gama de personas que están aquí [en EU] ilegalmente y a las que se les ha ordenado su expulsión. Y eso incluye a aquellos que están regresando [a Venezuela] a través de la expulsión acelerada, en cuestión de días y semanas, a diferencia de años como se ha visto en el pasado”, explicó Price.
“Es el primer vuelo chárter completo de venezolanos regresando a su país que veo en mi carrera”, añadió.
Durante el abordaje, una pasajera se sintió mal y fue evacuada de forma sigilosa en una ambulancia. Tras su recuperación, será embarcada en un próximo avión.
Biden ofreció amparo migratorio a 472 mil venezolanos durante 18 meses para que puedan obtener permiso de residencia y trabajo. Pero solo aplica a quienes llegaron al país antes del 31 de julio de 2023.
Aquellos que llegaron después de esa fecha y no tienen “una base legal” para permanecer en el país serán expulsados.
Estados Unidos opera hasta 70 vuelos semanales con deportaciones, la mayoría de ellos a América Central y del Sur.