Por Sebastián García Méndez
La ‘Fernandomanía’ está de vuelta en Los Ángeles… O mejor dicho, jamás se fue. Aquel fenómeno ocasionado por Fernando Valenzuela en la década de los 80’s, al fin recibió el reconocimiento que merece.
El mítico número 34 del nacido el 1 de noviembre de 1960, en Navojoa, Sonora, ha sido retirado para para brillar en el jardín izquierdo de Dodger Stadium. Lo conseguido dentro y fuera del diamante por el expitcher mexicano ha sido inmortalizado.
El también conocido como “El Toro de Etchohuaquila” es el único pelotero latino que ha visto su número retirarse con el equipo angelino. Ahora el 34 acompañará en aquella pradera izquierda a otros históricos de Los Ángeles como Tommy Lasorda (2), Sandy Koufax (32), Jackie Robinson (42), entre otros ocho peloteros y los narradores del Salón de la Fama Vin Scully y el ecuatoriano Jaime Jarrín.
Quizá por sus logros colectivos, individuales o el convertirse en un referente para todos los mexicanos y la comunidad latina en Estados Unidos, pero el homenaje al ‘Toro’ llegó años más tarde de lo esperado. El término de injustica cabría antes de la noche de este 11 de agosto.
Si bien, su debut se dio en 1980 como relevista, fue hasta 1981 cuando comenzó la construcción de la ‘Fernandomanía’. En aquella temporada, su aparición se dio ante la falta de lanzadores, pero lo que parecía una dramática oportunidad, se convirtió en la más linda coincidencia.
Fernando Valenzuela ganó el CyYoun, fue el Novato del Año, estuvo en su primero de seis Juegos de Estrellas y lo que ningún angelino olvidará: Fue pieza clave para que los Dodgers ganaran la Serie Mundial y terminaran con una sequía de 16 años.
Su ‘tirabuzón’ le permitió convertirse en líder de victorias (21) en 1986; ser el pitcher con más juegos completos en una temporada: 1981 (11), 1986 (20) y 1987 (12); el Guante de Oro en 1986…Ni qué decir de la demanda de boletos en todo Estados Unidos cuando él iba a lanzar.