Al finalizar octubre, tras una racha de cinco derrotas, la campaña de los Packers parecía perdida. No pocos especialistas sugirieron que era tiempo de enviar a la banca a su quarterback, Aaron Rodgers, que tenía mediocres desempeños, por decir lo menos, y probar a Jordan Love, o al menos mostrarlo al mercado por si algún equipo se interesaba en adquirirlo.

En noviembre dieron señales de vida al derrotar a Dallas, para luego perder otros dos en fila. Hace tres jornadas; sin embargo, encontraron la llave para hilar tres victorias, sobre Bears, Rams y Dolphins, y esa minirracha los puso en posición de meterse a los Playoffs.

A dos jornadas del fin de la campaña 2022, los Packers tienen el destino casi en sus manos: deben vencer a sus dos oponentes, Vikings y Lions, y esperar un tropiezo de los Commanders, que cierran campaña en Dallas.

Este domingo, Green Bay recibe a Minnesota en el gélido Lambeau Field, con la consigna de vencer o decirle adiós a la temporada. A su favor tienen el hecho de que Minnesota ya tiene su sitio en la postemporada y Aaron Rodgers ha aprovechado en todo lo posible sus siete partidos como local, al lanzar 13 touchdowns.

Cierto es que los Vikings, reyes de los triunfos apretados (ocho ganados por una anotación), cuentan con un arsenal para asustar a cualquiera con Justin Jefferson, líder en la NFL con 123 atrapadas y mil 756 yardas, y Dalvin Cook, quien suma otras mil 300 por carrera, pero no puede descartarse que alguno de los titulares reciba descanso, dado que ya no se moverán del segundo puesto en la Nacional.

Si a media temporada se decía que Rodgers no tendría ocasión de buscar otro título, hoy la posibilidad está viva.

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