Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio no sólo ofrecieron un concierto postpandémico en el Zócalo. Fue un ritual espiritual en el gran centro ceremonial de los ancestros para agradecer por la salud, el amor y la guía de la energía femenina.

“Bienvenidos todos los corazones convocados aquí en este centro, en este vórtice, en esta plaza con significado espiritual histórico ancestral. Honrando a nuestros ancestros que en esta misma plaza elevaban flores y cantos por el bien mayor”, dijo Rolando Ortega “Roco” al iniciar el concierto a las 20:49 horas de ayer con el tema “Solín”.

“Los últimos dos años para toda la humanidad han sido una gran enseñanza porque nos hablan de que ya vivimos en un mundo profundamente enfermo de desconexión con nosotros mismos y por lo tanto de todo lo que nos rodea, es por eso estamos destruyendo la naturaleza”, prosiguió tras cantar “Bailando” y “5to patio ska”.

“Dos años de encierro, de separación, nos está haciendo un llamado para que reconciliemos nuestra realidad, conectar verdaderamente en nosotros, y por eso la cultura es importantísima, la cultura vive en las plazas, hay que llenarnos de alegría para que nuestro sistema inmunológico se eleve”, para que estemos fuertes y sanos, así que en honor a nuestros ancestros vamos a hacer una ceremonia, para sacudirnos toda la mala vibra de este mundo”, dijo para luego interpretar “Ya lo pasado, pasado”.

Uno de los momentos más emocionantes en la velada fue cuando la saxofonista Malena Ríos, mujer quemada con ácido por su expareja, subió al escenario para interpretar junto con la banda el tema “Mujer”.

“Este es el tiempo de las mujeres”, expresó “Roco”.

“Y de la energía femenina en todos nosotros, en los hombres que vuelven a despertar el cuidado, el cariño, el amor, la verdadera protección de todo lo que amamos.

“Es por eso que con esta canción que viene queremos invitar a una hermana que ha demostrado que el arte y la música son la mejor herramienta para trascender toda negatividad y que el corazón humano, el amor y la creatividad no puede ser detenido bajo ninguna tiranía y ninguna violencia”, añadió para aplaudir a la saxofonista, que subió al escenario con un cubrebocas negro, entre gritos y aplausos efusivos de los asistentes.

Otro momento especial se vivió al recordar a Eulalio Cervantez “Sax”, músico de la agrupación quien murió por Covid-19 hace un año. El vocalista habló del proceso de duelo no sólo de la banda, sino de todos los que perdieron a alguien en la pandemia, quienes dijo, están ya en otro plano de vida: “Aparte de llorar y pasar el duelo queremos seguir cantándole para que siempre viva y nunca muera, cantándole con esa alegría que compartimos todos estos años”, dijo “Roco” entre aplausos y antes de cantar “La Martiniana”.

Tras dos horas, la banda cerró con “Pachuco”, “Chango”, “El cocodrilo” y “Kumbala”.

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