Un tiroteo en una tienda de comida cercana a una gasolinera en Yakima, en Washington, este martes, dejó a al menos tres muertos. Este hecho ha levantado, una vez más, las alarmas en Estados Unidos, que está inmerso en un brote de violencia extrema por el que, desde el inicio de 2023, ya se han cobrado más de 20 vidas.
Según informó el jefe de la Policía de la ciudad, Matt Murray, un joven residente de 21 años se detuvo en la estación de servicio y trató de ingresar aunque sin éxito. Es por ello que cruzó la calle y disparó contra tres personas que se encontraban en una tienda de comida.
“No hubo conflicto aparente entre las partes. El hombre simplemente entró y comenzó a disparar”, detalló Murray en diálogo con la cadena CNN y agregó que la investigación sobre los hechos aún está en curso.
De todas formas, las autoridades rápidamente pudieron identificar al agresor, Jarid Haddock. Tras el episodio, el joven disparó contra un vehículo que la Policía presume sería una Chrysler 200 gris o plateado, lo robó y se dio a la fuga en dirección a la comunidad suburbana de Moxee, por la autopista 24.
El crimen tuvo lugar cerca de las 3:30 horas de la madrugada del martes cerca de la tienda Circle K, donde los oficiales encontraron los cuerpos de las personas muertas sobre las cuales, hasta el momento, no se ha difundido información. En la escena había testigos oculares y cámaras de seguridad que ayudaron a los investigadores a esclarecer los hechos.
Así, consiguieron imágenes de Haddock tomadas por una de las cámaras y las difundieron en un intento de apelar a la colaboración ciudadana para dar con el prófugo. Agregaron también que el sujeto debe estar armado y debe ser considerado peligroso.
“Se trata de una persona peligrosa y al azar, por lo que existe un peligro para la comunidad”, advirtió Murray.
También, la zona fue cercada, incluidas varias partes de carreteras cercanas. Incluso, en las horas posteriores, la policía realizó un allanamiento en una casa en las afueras de la ciudad, a casi 225 kilómetros al sureste de Seattle. Según los registros judiciales, de los casi 100.000 habitantes de la zona, Haddock había sido uno de ellos, al menos hasta hace unos años.
Su historial demostró también muy pocos antecedentes penales. Había sido arrestado en marzo de 2020 luego de que la policía lo viera en un vehículo que había sido robado a una mujer que lo había dejado encendido. En esa oportunidad, también huyó de los agentes pero, finalmente, fue detenido y acusado en el Tribunal Superior del Condado de Yakima. Sin embargo, declaró no tener hogar.
En diciembre de 2021 los cargos en su contra fueron desestimados luego de completar con éxito un programa de desvío, a pesar de violar dos veces los términos mediante el uso de metanfetamina y heroína.
La muerte de estas tres personas sucedió en un momento en el que Estados Unidos se enfrenta a constantes tiroteos, como el registrado en el estado de California el domingo, que dejó 11 fallecidos al término de las celebraciones del Año Nuevo chino en un salón en la ciudad de Monterey Park. También el domingo, una persona murió en otra balacera en Oakland, California.
El lunes, se conoció un nuevo ataque armado en la ciudad costera de Half Moon Bay, cuyo balance fue de siete muertos. En la mañana dos adolescentes murieron durante un ataque selectivo con arma de fuego en una escuela de Iowa.
Tras la nueva serie de tiroteos mortales, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso que apruebe “rápidamente” un proyecto de ley que, entre otras cosas, fije en 21 años la edad mínima legal para comprar un fusil de asalto.
“El azote de la violencia armada en Estados Unidos exige una acción más contundente”, dijo Biden en un comunicado, después de que siete personas murieran el lunes en un tiroteo en Half Moon Bay, el segundo en dos días que golpea a la comunidad asiática del estado de California.
Un grupo de senadores reintrodujo el lunes una prohibición federal de armas de asalto y una legislación que elevaría la edad mínima para comprar armas de asalto a 21 años.
“Sabemos que el flagelo de la violencia armada en todo Estados Unidos requiere una acción más enérgica. Una vez más, insto a ambas cámaras del Congreso a que actúen rápidamente y entreguen esta Prohibición de armas de asalto a mi escritorio, y tomen medidas para mantener seguras a las comunidades, las escuelas, los lugares de trabajo y los hogares estadounidenses. , dijo Biden en un comunicado.