En el partido de su vida, el serbio Novak Djokovic sufrió una sorprendente derrota el domingo ante el ruso Daniil Medvedev en la final del Abierto de Estados Unidos y se quedó a un paso de completar el primer Grand Slam del tenis masculino en medio siglo.
Medvedev, número dos del mundo, se impuso por 6-4, 6-4 y 6-4 a un frustrado e irreconocible Djokovic en dos horas y 15 minutos de juego en Flushing Meadows (Nueva York).
El serbio se quedó así con triunfos en tres de los cuatro torneos grandes de 2021, sin poder completar el primer Grand Slam en un año calendario desde Rod Laver en 1969.
Con esta dramática derrota, Djokovic tampoco pudo adelantarse a Roger Federer y Rafa Nadal en la carrera por el mayor número de títulos de Grand Slam, todos ellos empatados a 20.
En una montaña rusa de emociones, el serbio rompió a llorar sentado en un descanso antes de que terminara el juego, con la cabeza tapada por una toalla.
Lo primero que sentí tras el partido fue “alivio”, reconoció. “Me alegré de que hubiera terminado (…) por todo lo que tuve que afrontar mental y emocionalmente”.
Sin poder contener las lágrimas en la entrega de premios, Djokovic se enfocó en agradecer el gran apoyo que le brindó el público neoyorquino en esta final.
“Me han hecho sentir especial en la cancha (…) Nunca me he sentido así en Nueva York”, dijo el serbio.
“Por supuesto, una parte de mí está muy triste. Es una derrota difícil de digerir, teniendo en cuenta todo lo que estaba en juego”, recordó. “Pero hay que estar muy satisfecho con el año”.
Hambriento por alcanzar su primer Grand Slam en su tercera oportunidad, Medvedev reconoció que el rival, el momento y el escenario del triunfo le dieron un valor especial.
“Conseguir pararle lo hace definitivamente más dulce y me da confianza para lo que está por venir”, dijo el tenista de Moscú, de 25 años. “Lo siento por Novak porque no puedo imaginar lo que siente”.
– “Eres el más grande” –
En uno de los partidos más trascendentes de la historia del tenis, el número uno mundial fue incapaz de superar la presión y ansiedad frente a un Medvedev intratable en el servicio (16 ‘aces’ por 6 de Djokovic) y con cinco horas menos de juego en sus piernas.
“Yo estaba por debajo de mi nivel de juego. Mis piernas no estaban ahí. Lo he intentado. Hice lo que pude”, dijo el serbio.
Djokovic pagó su frustración rompiendo una raqueta en el segundo set pero, zanjada la derrota, terminó felicitando y abrazando en la red a Medvedev.
“Increíble partido. Si hay alguien que merece un título de Grand Slam ahora eres tú”, le reconoció.
El serbio, de 34 años, llegaba a la gran noche con 27 victorias seguidas en torneos de Grand Slam, que le valieron para alzar este año el Abierto de Australia, Roland Garros y Wimbledon.
Con una victoria ante Medvedev hubiera completado el segundo Grand Slam de la era Open, que se inició en 1968, tras el del australiano Rod Laver, que estaba presente el domingo en Flushing Meadows.
El último obstáculo era Daniil Medvedev, un tenista de enorme talento pero que había perdido sus dos finales anteriores de Grand Slam, una de ellas ante Djokovic en febrero en Australia en tres rápidos sets.
El domingo, sin embargo, el tenista de Moscú dio una lección de estrategia y concentración para frenar a Djokovic, a quien le dijo que le considera “el más grande tenista de la historia”.
Medvedev es el tercer jugador ruso en alzar un título de Grand Slam y el primero desde Marat Safin en el Abierto de Australia de 2005.
– Furia e impotencia –
Pese a la enorme ovación que lo recibió en la pista, poco habitual en Nueva York, Djokovic arrancó con un tenis frío y errático con el que perdió su servicio en el primer juego.
El número uno, carente de chispa, se apertrechaba tras su servicio para no descolgarse de Medvedev, que avanzó con autoridad hasta la captura del primer set.
Aunque el público trataba de darle energía, el serbio seguía tenso e impreciso.
Con ventaja 2-1 desperdició dos pelotas de ruptura y desahogó su furia estrellando la raqueta varias veces contra la pista.
Al siguiente juego Medvedev logró su quiebre y ya no soltó su ventaja hasta quedarse con el segundo set.
El ‘lobo de Belgrado’ no llegó a rebelarse contra su inminente derrota y terminó varios puntos caminando.
El serbio alcanzó a salvar una pelota de partido y logró un último quiebre con el que se acercó 5-4.
Pero Medvedev tenía un segundo juego de servicio para ganar y, pese a algunos intentos de desconcentrarle desde la grada, con él evitó que Djokovic intentara una de sus épicas resurrecciones.
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