Chicago.- Cerca de 30.000 personas se reunieron este domingo en el estadio Soldier Field de Chicago para la despedida de la delantera Megan Rapinoe como jugadora de la selección de Estados Unidos, tras una etapa gloriosa marcada por dos Mundiales y un oro olímpico en Londres 2012.

Rapinoe, de 37 años, fue recibida por una ovación en el Soldier Field y, en los prolegómenos del encuentro amistoso contra Sudáfrica, fue premiada por la Federación de Fútbol de Estados Unidos (USSF) con una camiseta especial con el número 203, como los partidos que disputó como internacional.

La delantera se abrazó y besó con su pareja Sue Bird, exjugadora de la WNBA, la liga de baloncesto femenino de Estados Unidos, y con sus familiares más cercanos, que se reunieron en el césped del estadio.

Rapinoe, una de las voces más importantes en Estados Unidos en la lucha por la igualdad de género, deja la selección tras 17 años en los que anotó 63 goles y repartió 73 asistencias.

Las entradas para el Soldier Field tenían un precio que oscilaban entre los 25 dólares y los 300 dólares y la USSF puso a la venta para la ocasión unos billetes especiales con la imagen de Rapinoe y las fechas clave de su trayectoria como internacional.

La jugadora californiana anunció este verano que este año sería el último de su carrera y se despedirá definitivamente del fútbol al acabar la temporada de la NWSL, la liga de fútbol femenino de Estados Unidos.

Rapinoe compite en el OL Reign y está actualmente en puestos de ‘playoffs’, por lo que podrá competir por el título liguero antes de colgar las botas.

“Estoy ansiosa por tener una agenda un poco más abierta. A la vez me preocupa un poco. Espero tener más tiempo para mí, pasarlo con mis amigos y familia, viajar un poco más, descansar. Estoy ansiosa por permitirme descansar un poco más. Sé que es el final de un capítulo pero parece mucho un nuevo comienzo. Estoy feliz por ver cómo cambiará el fútbol femenino, espero seguir formando parte de esto”, dijo la delantera en la rueda prensa previa a la disputa del encuentro.

Nacida en Redding (California) en 1985, con su talento y su compromiso social fue una de las grandes líderes del cambio vivido por el fútbol femenino en los últimos años.

En su trayectoria de catorce años jugó en Estados Unidos, Australia y Europa y su lucha por la igualdad dentro y fuera del campo ayudó a impulsar deportivamente el desarrollo de la actual liga profesional estadounidense, la NWSL, donde juega con las OL Reign.

Su trabajo social fue premiado en 2022 con la Medalla Presidencial de la Libertad, la máxima distinción civil de EEUU.

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