Por Leobardo Vázquez Hernández

A lo largo de su trayectoria, Mil Máscaras ha tenido decenas de noches pletóricas en Europa, África, Asia y América.

Lugares lejanos a su natal San Luis Potosí, que —de la mano del luchador— han conocido un poco del valor e importancia del pancracio para los mexicanos.

Pero ninguna velada tan importante como la protagonizada en el Madison Square Garden en 1972, cuando se convirtió en el primer gladiador mexicano enmascarado en luchar en ese escenario, al derrotar al local Spoiler.

Un momento inolvidable, de enorme valor, que abrió la puerta a nuevos talentos y significó un golpe importante de la comunidad latina en Estados Unidos.

“Después de mi debut, me ofrecieron ir a varios lugares en Estados Unidos. Empecé a tener mucho éxito en los sitios en los que me presentaba, gracias a la comunidad latina y los medios de comunicación. Un día, me hablaron para el Madison Square Garden, pero no se permitían luchadores enmascarados y hablé con el Gobernador de la ciudad, le expliqué el personaje y me dejó presentarme, por la fuerza que los latinos tenían”, compartió.

Mil Máscaras muestra el camino para ser leyenda en la lucha libre

Con el impacto logrado en Estados Unidos, el legado de Mr. Personalidad siguió en aumento, encontrando éxito del otro lado del mundo, en Japón.

“Llegué a Japón y, al bajar del avión, me encontré con 200 o 300 niños acompañados de sus padres para recibirme en el aeropuerto. Fue increíble, ya que eran fans de la lucha libre gracias a la televisión; me conocían y saludaban en todos lados. Era un hit tremendo”

Mil Máscaras

Fue en el país asiático donde comenzó con una tradición muy especial, que lo acompañó por el mundo: Salir al cuadrilátero con dos máscaras, regalando una a los asistentes.

“En un principio, no lo usaba, pero un día —ante la respuesta de la afición en Japón— agarré dos diferentes y me las puse. Subí al ring y la arrojé al público. Se peleaban por la máscara y fue un éxito tremendo, algo nunca antes visto en mi profesión y que continué”, añade.

Los Juegos Olímpicos que no fueron

Los Juegos Olímpicos Tokio 1964 fueron un parteaguas en la vida del hombre que se encuentra tras la histórica tapa de Mil Máscaras.

Marcaron un momento crucial y decisivo en su vida, que se vio opacado por la falta de recursos económicos del Comité Olímpico Mexicano, organismo que le arrebató la posibilidad de representar al país en la máxima justa deportiva… Y en dos disciplinas.

Se trata de un duro momento que se mantiene fresco en la memoria de la leyenda de los encordados, quien compartió ese instante difícil en su vida.

“Gané el Nacional y quedé seleccionado para ir a los Juegos Olímpicos de Tokio en lucha grecorromana y lucha olímpica, pero sucede que me dijeron que no había recursos. Fui a ver al dirigente del Comité Olímpico Mexicano, lo cuestioné sobre el dinero, y me pidió seguir entrenando”, contó, en entrevista con

Pero la oportunidad no llegó, algo que lamentó mucho, ya que —con el paso al profesionalismo— pudo enfrentar a uno de los medallistas en esos Juegos, al que derrotó en un par de ocasiones.

“Yo hubiera sido medallista de oro. Más adelante, enfrenté a un luchador japonés que había quedado en segundo lugar. Le gané muy fácil dos veces, era muy fuerte. Hubiera tenido esa posibilidad de ser campeón olímpico, pero me hicieron un favor y me dieron la opción de entrar a profesional”, dijo.

Tres meses más tarde y entrenando en Guadalajara, el gladiador hizo su presentación —con mucho éxito— en la lucha libre, un camino que lo llevó a convertirse en un referente internacional.

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