Encontrar un espacio seguro cuando estallan los disparos. Esa es la realidad de algunas personas que viven en el lado norte de Minneapolis. Una mujer ha tomado lo que algunos podrían pensar que es una medida bastante extrema, pero es lo que hizo para sentirse segura mientras se acuesta a dormir por la noche. “En las últimas dos semanas he recibido disparos a 500 pies de mi casa”, dijo Juliee Oden. Según relata la historia periodística de Canal 4 CBS, la casa del lado norte de Oden se encuentra en medio de la zona de guerra donde la batalla entre dos pandillas, los Hi’s y los Low’s, se está librando. “Empecé a contar los disparos al ritmo, por lo que siempre era muy preciso. Llamaba y decía siete disparos, porque sería boom-boom-boom-boom-boom-boom-boom”, dijo Oden.
Oden es uno de los ocho residentes del lado norte que presentaron una demanda en el verano de 2020, pidiendo a la ciudad que contrate más policías. La Corte Suprema de Minnesota decidió que la ciudad necesita dotar de personal al menos a 731 policías. “La orden está ahí pero todo lleva tiempo, así que no vamos a ver este cambio milagroso de repente. Las calles están llenas de policías, todavía hay un tiempo de espera más largo”, dijo Oden.
Y el tiroteo continúa. Entonces Oden tomó el asunto en sus propias manos para garantizar su seguridad, especialmente de noche. “Dormir puede ser un gran desafío cuando los disparos están realmente en su apogeo, están en su apogeo, pero tengo un Safeboard detrás de mi cabecera”, dijo. Un Safeboard es a prueba de balas. “Esta placa no es súper gruesa, pero detendrá cualquier bala”, dijo. “Nada puede atravesar ese tablero, así que duermo muy tranquilo”.
Lo que mantiene a Oden despierta por las noches ahora es que le preocupa que, si no se detiene, la violencia se extenderá. “No se puede contener esta violencia y crimen en un área y lo que sucederá es que sangrará”, dijo. Oden cree que más oficiales y más participación de la comunidad es lo que se necesita para detener los disparos. Oden trabaja para una empresa de construcción y sus colegas ayudaron a instalar el panel a prueba de balas detrás de la cabecera de su cama. Ella nos dice que tiene la esperanza de que llegue un día en que no sea necesario.