Praga.- Dana Nemcova, una destacada disidente y activista checa por los derechos humanos en la era comunista, ha muerto. Tenía 89 años.
Murió este martes por la mañana, de acuerdo con la Fundación Olga Havel, una organización de beneficencia con la que estuvo asociada por muchos años. No se divulgaron detalles de su deceso.
Nacida el 14 de enero de 1934, Nemcova fue una de las primeras firmantes de la Carta 77, un manifiesto por los derechos humanos inspirado por Vaclav Havel, disidente y más adelante presidente. Nemcova fue una de las voceras de la carta.
El documento fue una de las escasas expresiones de resistencia al régimen comunista intransigente que tomó el poder después de la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968 que puso fin al período de reformas liberales conocidas como Primavera de Praga.
La carta unió a los opositores al régimen, como activistas religiosos, excomunistas expulsados del partido tras la invasión de 1968, así como músicos de rock, intelectuales y demócratas de la preguerra mundial.
Sus firmantes enfrentaron la persecución del régimen, ejerciendo lo que Havel llamó “el poder de los impotentes”.
Una de ellas fue Nemcova, psicóloga de profesión y madre de siete hijos.
En 1979, estuvo presa durante seis meses y recibió una condena de dos años en suspenso por subversión. Se le prohibió ejercer como psicóloga y solo se le permitió trabajar en labores serviles como el aseo.
Nemcova y su esposo, Jiri Nemec, dirigieron su departamento en Praga en un centro de la resistencia al régimen, a costa de interrogatorios y allanamientos reiterados.
En una ocasión, Nemcova dijo que escribió la carta para “conservar identidad y dignidad”.
Fue cofundadora del Comité para la Defensa de los Injustamente Perseguidos, que apoyaba a los oprimidos por el Estado y los perseguidos por la policía.
Después de la Revolución de Terciopelo de 1989, dirigida por Havel, Nemcova fue parlamentaria hasta 1992. Posteriormente, presidió la Fundación Olga Havel, creada por la primera esposa de Havel, que ayuda a personas minusválidas y abandonadas, así como a las víctimas de discriminación.
En 1998 recibió un reconocimiento del Estado por parte de Havel, para entonces presidente.
“Dana Nemcova era una persona extraordinaria, valiente y profundamente humanitaria que con su defensa persistente y consecuente de los derechos humanos contribuyó significativamente a nuestra libertad y democracia”, dijo el primer ministro Petr Fiala.
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