Por Reyna Avendaño/Armando Pereda Maldonado

Alberto Ángel “El Cuervo”, tenor, poeta, pintor y musicólogo mexicano, falleció a los 73 años, dedicó su vida a darle difusión a la música vernácula.

Además de ser un estandarte de la música mexicana, también fue titular de la enseñanza de pintura en la dirección de cultura de la ESIME en el IPN; en dicha institución tuvo a su cargo el taller de canto y conjuntos corales.

Alberto Rafael Bustillos Alamilla, su verdadero nombre, nació en Nanchital, Veracruz, llegó de niño a la Ciudad de México para ingresar al Coro de Niños Cantores de México donde fue primera voz

En redes sociales, amigos y colegas lamentaron su muerte.

Rafael Jorge Negrete, nieto de Jorge Negrete, “El Charro Cantor”, lamentó la noticia y el que se haya quedado sólo en planes un disco de corridos mexicanos que harían juntos.

“Descanse en paz en el liezo de allá arriba y que el Supremo Caporal lo tenga en su gloria”, se lee.

En tiempos recientes, Alberto Ángel “El Cuervo” tenía periódicamente transmisiones en sus redes sociales en las que hablaba y compartía la riqueza de la música mexicana.

En la televisión mexicana Alberto Ángel “El Cuervo” tuvo a su cargo programas o secciones como una sección dentro del programa Hoy Mismo durante dos años titulada “¿Sabías tú Mexicano…?”. Posteriormente, dentro de ECO, tuvo su segmento titulado “Latinoamérica Cuenta” durante cuatro años.

Realizó una serie especial de doce programas llamados “Canción de Mi Tierra” y en todos ellos se encargó de investigación, guion, dirección y postproducción con resultados por demás exitosos.

¿Quién fue Alberto Ángel “El Cuervo”?

Este tenor nació el 1 de septiembre de 1950 en el municipio de Nanchital, Veracruz, entre la selva y junto al río Coatzacoalcos; fue a los cuatro años cuando tuvo su primera en una presentación frente al público, se trató en la población Las Choapas a donde recién se había cambiado de residencia.

“Un trío, un sombrero de color rojo, mi chaleco vaquero con las fundas y pistolas a los lados; las patillas y el bigote pintados por el corcho quemado, así como la emoción a flor de piel, fueron testigos de mi debut”, señaló El Cuervo en una documento en el que redactó su biografía.

Otro viaje clave para su existencia fue a Minatitlán, en donde por primera vez aprendió de las técnicas vocales, pues se integró al Coro de Niños Cantorales de Minatitlán, cuyo maestro fue un sacerdote llamado Miguel López.

Tras agarrar experiencia en este grupo coral fue adquiriendo conocimiento sobre la música sacra, los villancicos, así como melodías de grandes autores mexicanos. Fue a los 13 años cuando comenzó a cambiarle la voz, lo cual no fue nada agradable para él.

“A riesgo de dañar mis cuerdas, tenía prohibido emitir sonido alguno en la forma cantada. Fueron tres años los que mi canto calló y mi llanto en solitario me pedía paciencia. Cantando tímidamente con mi guitarra, empecé a darme cuenta de la necesidad de recuperar la técnica del canto”, indicó.

Después se adentró en el Conservatorio Nacional de Música en donde adquirió más conocimientos sobre el solfeo, la apreciación musical, el italiano y el piano, además recalcó que tras “peregrinar ante puertas cerradas” por fin pudo sacar su primer disco.

“Los sueños se asomaron al alma con este circulo de acetato que contenía una canción por lado. A excepción de unos cuántos destellos en la radio y televisión, nada pasó”.

Aún así, las puertas no se le abrían, hasta que tuvo la oportunidad de cantar una melodía nueva de Roberto Cantoral en el Festival Nacional e Internacional de la Canción Popular: “Aeropuerto”, en la Alameda Central, gracias a la cual obtuvo un contrato con la disquera Orfeón.

Posteriormente cantó en Madrid en el Festival de la OTI la pieza “Yo no voy a la guerra” de Roberto Cantoral, cuya letra pacifista causó polémica en el entonces gobierno de España por lo que fue descalificado.

“El rechazo del Gobierno Franquista a mi entrada a España, televisión a otro nivel, radio, autógrafos y desilusiones marcan esta etapa. Me alejo un tiempo, me vuelvo hacia la búsqueda intensa de mí mismo y al regresar a las marquesinas, me encuentro con el olvido total”, recordó.

Fueron más de 10 festivales en donde participó como compositor enseguida se especializó en las tradiciones mexicanas, como el mariachi y logra concretar una meta que tenía desde niño: grabar el disco “Homenaje a María Grever” con el que tuvo giras; en total tuvo 43 discos individuales y 20 junto con otros colegas.

Llegó a hacer tours por Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, mientras que otras de sus pasiones fueron la pintura, el grabado y la literatura, gracias a la cual pudo exponer en Suiza y hacer recitales de poesía; el motivo de su muerte fue por cáncer de tiroides.

rad

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