El músico Jerry Lee Lewis, pionero del rock and roll, murió este viernes a los 87 años de edad, confirmó su publicista a los medios de comunicación.

Aunque la causa del fallecimiento se desconoce, el músico sufría varios problemas de salud desde 2019 tras sufrir un derrame cerebral que le obligó a cancelar todos sus conciertos y apariciones públicas.

El pasado miércoles, la revista TMZ informó erróneamente de la muerte de Lewis, lo que hizo sonar las alarmas sobre su estado de salud.

Lewis falleció en su casa del condado de Desoto, Mississippi, mientras estaba acompañado de su esposa Judith, según un comunicado de su publicista.

Además de su representante, uno de sus antiguos colegas, Kris Kristofferson, comentó en sus redes sociales que Jerry Lee Lewis fue una de las mejores voces estadounidenses de todos los tiempos.

Lewis nació el 29 de septiembre de 1935 en Ferriday, Luisiana. Empezó a tocar a los nueve años y al año siguiente sus padres hipotecaron la granja familiar para comprarle un piano vertical y fue allí cuando comenzó su sueño de ser cantante.

Apodado “The Killer” (“El Asesino”) por su fuerte personalidad y su puesta en escena, y tras ser considerado una seria alternativa frente a Elvis Presley, el “Rey del Rock”. Su popularidad decayó a finales de los años cincuenta por diversos escándalos, resurgiendo a mediados de los años sesenta con varios éxitos en la música country.

En sus primeros años de adolescencia comenzó a acudir a los guetos negros para escuchar a los cantantes de blues y el 29 de septiembre de 1949 realizó su primera aparición pública en un espectáculo montado por la compañía de automóviles Ford en su ciudad natal, interpretando el tema “Drinkin wine, spoo-dee-o-dee”.

En 1956, después de leer un artículo sobre Elvis Presley en una revista, viaja a Memphis para probar suerte grabando en su misma compañía discográfica, Sun Records. En ese momento, el dueño de la discográfica, Sam Phillips, se encontraba en un viaje en Florida así que fue Jack Clement quien grabó sus primeras canciones para el sello: una versión de “Crazy arms” de Ray Price y una composición propia llamada “End of the road”.

El 4 de diciembre de ese mismo año se produce un acontecimiento histórico cuando, en una sesión improvisada en la sede de la compañía, graba varios temas junto a Elvis, Carl Perkins y Johnny Cash. Bautizados Million Dollar Quartet (“El cuarteto del millón de dólares”) en un artículo periodístico aparecido días después e inmortalizados en una célebre fotografía con Elvis al piano, la grabación no vería la luz pública hasta décadas después.

Fue en 1957 cuando Lewis alcanza un éxito masivo con “Whole Lotta Shakin’ Goin’ On”. En un principio, Sam Phillips no estaba convencido de grabar esta canción debido a su contenido sexual que la hacía más propia del gusto del público negro, pero finalmente acepta y se graba como cara B de un sencillo que incluía como tema principal “It’ll be me”.

“Whole Lotta Shakin’ Goin’ On'” fue tocada en vivo por primera vez en un bar de Arkansas el 22 de febrero e impresionó tanto al público que la tuvieron que repetir veinticinco veces en la misma noche. Por su alto contenido sexual, excesivo para la sociedad de la época, fue censurada en muchos programas de radio y televisión. Después de no ser admitida en The Ed Sullivan Show, calificada de inmoral, la presenta en The Steve Allen show, gracias al cual alcanza el número uno en las listas de country y R&B y el tercer puesto en las de pop, llegando a vender seis millones de discos en todo el mundo.

Tras el éxito espectacular del sencillo, el escritor de canciones Otis Blackwell, que ya había trabajado para Elvis, compone junto a Jack Hammer el que sería el tema de mayor éxito de la carrera de Lewis, “Great Balls of Fire”. No obstante, Sam Phillips tuvo que convencer al cantante para grabar la canción ya que Jerry se rehusaba, debido a su contenido blasfemo. El tema logra un gran éxito a nivel mundial y es número 1 en las listas de Estados Unidos y Reino Unido.

En esa época se produce la que quizá sea la anécdota más conocida en la carrera de Jerry Lee Lewis, origen de su fama de artista problemático que le daría su apodo de “The Killer”: según la leyenda, en una actuación en el Brooklyn Paramount Theatre de Nueva York, Lewis fue asignado como telonero de Chuck Berry. Como protesta, subió al escenario con una botella de coca-cola llena de gasolina con la que, mientras interpretaba Great Balls of Fire, prendió fuego al piano. Al terminar de tocar le dijo a Berry “supera esto, negro”.

No obstante, si bien se tiene constancia de que tanto la provocación a Chuck Berry como el incendio del piano ocurrieron realmente, las fuentes disponibles indican que en realidad se trató de dos shows distintos. Tampoco se sabe con certeza si el incidente del piano ocurrió sólo una vez (la única verificada) o formó parte regular de su espectáculo. En cualquier caso, nunca ocurrió una vez finalizada la década de los 50.

En el verano de 1958 Lewis era el músico con más éxito del momento gracias a dos temas más: “Breathless” y “High School Confidential”, que lograron altas posiciones en las listas. Esta última apareció en la banda sonora de la película del mismo nombre en la que Lewis actuó. No obstante, su carrera sufriría a finales de año un tremendo varapalo, del que en cierto modo nunca llegó a recuperarse, al conocerse un nuevo dato sobre su vida privada que escandalizó a la sociedad de la época.

Su figura ha sido rehabilitada en las últimas décadas, entrando a formar parte en 1986 del Salón de la Fama del Rock dentro del primer grupo, junto con otros pioneros del estilo, y posteriormente del Salón de la Fama del Rockabilly. En 2003, la revista Rolling Stone lo situó en el puesto 24.º de los mejores músicos del siglo.2​ Su vida fue llevada la gran pantalla en la película Great Balls of Fire! (1989), donde fue interpretado por el actor Dennis Quaid.

rad

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