Zoe Snoeks, de 33 años, murió tras caer de un precipicio en Bélgica, mientras intentaba tomarse una selfie. Según le contó su marido, Joeri Janssen, a la prensa, la pareja se dedicaba a viajar frecuentemente desde que se levantaron las restricciones por la pandemia y, en cada lugar que visitaban, les gustaba dejar un registro de una imagen.

El fallecimiento de la mujer de esa manera se suma a una larga lista de víctimas en los últimos años: según un estudio de una universidad española, entre enero de 2008 y julio de 2021 en el mundo al menos 379 perdieron la vida personas intentando tomarse selfies.

El día del hecho la pareja empezaba a emprender su regreso a casa, en Limburgo. “Nos levantamos muy temprano para tomar fotografías del Herou”, detalló Janssen.

De esta manera se refirió a la zona rocosa y de acantilados que querían visitar durante esa jornada. “Casi siempre hay niebla allí. Es genial para fotos. Llegamos antes de las 9:00 AM”, agregó en declaraciones al medio Newsflash.

Al llegar, la mujer le pidió al hombre que cuidara a los perros con los que estaban viajando, dado que ella quería tomarse una selfie cerca de precipicio. Segundos más tarde, ya no estaba en el lugar.

“Me volví hacia los perros y les dije que esperara. Cuando me volví hacia Zoe, ella ya no estaba allí. Acababa de desaparecer. Debe haber sucedido en menos de cinco segundos“, relató el esposo. “No vi ni escuché nada. Sin crujidos ni gritos. Miré hacia arriba y solo vi polvo. La llamé aunque sabía que era inútil. El abismo tenía varias decenas de metros de profundidad”, acotó.

Inmediatamente después, llamó a emergencias para recibir ayuda, pero no tenía señal. Por eso, corrió a un hotel cercano para que lo auxilien. “‘El equipo de rescate no pudo encontrar a Zoe de inmediato. Luego me dijeron que lamentablemente estaba muerta”, sostuvo sobre el resultado del trabajo de un grupo de rescatistas, bomberos y representantes de otros organismos de seguridad y ambientales que colaboraron en la búsqueda. Finalmente los restos de la mujer pudieron ser encontrados.

Conmovido por la tragedia que le tocó de cerca, el esposo de la víctima la recordó: “Tomar fotos era su pasión. Inmediatamente desbloqueé su teléfono y vi que había tomado una foto en el borde del acantilado. Su última selfie. Zoe está mirando al frente. También se puede ver la niebla y el río donde finalmente encontraron su cuerpo”.

Un estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche al este de España, determinó que, en todo el mundo, una persona muere cada 13 días en circunstancias similares a las de Zoe: turistas que posan para una foto o simplemente persiguen el mejor autorretrato. Titulado Muertes por selfies mediante una herramienta de inteligencia epidemiológica (2008 a 2021): estudio trasversal, el informe muestra en lo que va de año hubo 31 accidentes mortales.

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