Por Vania Rodríguez
Los niños están en peligro de muerte en medio del conflicto armado que se vive en Sudán, afirmó José Lugo, coordinador general de independencia política en protección a la niñez humanitaria de Save The Children, quien advirtió que los infantes se han convertido en un blanco de abusos y reclutamiento durante los enfrentamientos que se han registrado desde abril en el país africano.
Manifestó su preocupación ante la falta de posibilidades de generar espacios seguros para los menores, luego de que escuelas y centros de atención donde habitan cientos de refugiados fueran bombardeados y saqueados.
“Los niños que se encuentran en zonas de conflicto en Sudán están expuestos a la posibilidad de ser asesinados, ante el contexto en el que se encuentra el país, además de sufrir por la escasez de comida, agua y el acceso limitado de asistencia médica. Hasta el momento, no se han respetado los acuerdos de crear corredores humanitarios y eso sólo genera que muchos niños estén en peligro”, comentó.
Aseguró que ante los constantes bombardeos y ataques en la capital, Jartum, y en Darfur, en el este del país, se ha complicado la llegada de ayuda humanitaria por parte de Save The Children, que tiene una sede en Sudán.
“Lo que buscamos es poder asegurar los sistemas de protección en cuanto a temas de salud, medios de vida y educativos para que se puedan seguir garantizando espacios seguros a los niños, esto sin poner en riesgo al personal de las organizaciones”.
Para Lugo, la salida masiva de turistas y el cierre de varias embajadas imposibilita documentar la situación en Sudán: “Es complicado y afecta a toda la comunidad internacional el hecho de que las embajadas estén cerrando y que no haya las posibilidades de evacuar ante la falta de funcionamiento de aeropuertos. Esto va tensando la posibilidad de hacer mayores acciones”.
De acuerdo con datos de la ONG, antes de la crisis actual, cerca de 8.5 millones de menores necesitaban ayuda humanitaria; alrededor de 2.7 millones de niños viven en desnutrición. Con la reciente escalada bélica en el país, la estabilidad que había generado ha ido en declive agravando la situación.
“Evidentemente no hay sistemas de protección que funcionen y todo esto es un tema de violación de los derechos humanos que trae consigo grandes retrocesos para toda la sociedad y sobre todo para los niños indefensos que están en muchos lugares en donde la reconstrucción del país va a ser muy compleja”, dijo Lugo.
Alertó que “en contextos de guerra no se respeta nada. El desplazamiento masivo de personas, como ya se está viendo, va a generar que los lugares en donde los niños vayan a llegar, haya un proceso de discriminación, de xenofobia, además de desafíos para su integración volviéndose vulnerables ante un mayor riesgo de que puedan ser víctimas de violencia o tráfico ilegal de migrantes”.
Detalló que la salida abrupta de un ciudadano de su país de origen “ya está cargada de una situación de violencia”, previa.
“Hay una situación muy cargada de emociones de afectaciones a la salud mental y seguramente también habrá sufrido distintos tipos de violencia y durante su trayecto corre el riego de estar a merced de organizaciones criminales que le van a querer cobrar por transitar de un lado a otro”, añadió. “Cuando llegan a un país y se les reconoce como refugiados, se enfrentan a que primero el país les permita este procedimiento de asilo para poder avanzar por medio de una solicitud”.
Una vez que finalice el trámite y sea reconocido como refugiado, “se enfrentará a la vida. Va a tener los documentos, sí, pero, ahora, ¿cómo lo integras a un contexto en donde tal vez no hable el idioma, no conoce a nadie, no tiene dónde vivir? (…) La vida para los refugiados es muy dura y depende de su situación geográfica”.