Ciudad del Vaticano.- “Nuestro corazón esta noche está en Belén”, afirmó el domingo el papa Francisco, en momentos en que la ciudad de Cisjordania donde nació Jesús, según la tradición cristiana, celebraba una Nochebuena ensombrecida por la guerra entre Israel y Hamas en Gaza.
“Nuestro corazón esta noche está en Belén, donde el Príncipe de la Paz sigue siendo rechazado por la lógica perdedora de la guerra, con el rugir de las armas que también hoy le impiden encontrar una posada en el mundo”, expresó el Pontífice argentino durante la misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro, del Vaticano.
Jesús “no combate las injusticias desde lo alto con la fuerza, sino desde abajo con el amor; no irrumpe con un poder sin límites, sino que desciende a nuestros límites”, declaró el Papa, que habló en italiano con una traducción oficial proporcionada en siete idiomas.
Unos 6 mil 500 fieles asistieron a la misa, según el Vaticano, y otros cientos la siguieron gracias a pantallas gigantes instaladas en el exterior, en la plaza de San Pedro.
No a la Navidad con una idea pagana
Aseguró Francisco que “existe el riesgo de vivir la Navidad con una idea pagana de Dios, como si fuera un amo poderoso que está en el cielo; un dios que se alía con el poder, con el éxito mundano y con la idolatría del consumismo”.
Francisco criticaba así como ya hizo durante el rezo del ángelus durante la mañana la idea de una fiesta de Navidad que ha caído solo en el consumismo.
Debido a sus problemas de rodilla, el Papa permaneció sentado a un lado del altar, desde donde leyó su homilía.
Por ello fue un diácono quien destapó la imagen del Niño a los pies del baldaquino de Bernini y la incensó, mientras niños procedentes de varias partes del mundo depositaron a su lado unas flores y en la plaza de san Pedro sonaron las campanas para anunciar el nacimiento de Jesús.
También durante la homilía, el Pontífice rechazó “la imagen falsa de un dios distante e irritable, que se porta bien con los buenos y se enoja con los malos; de un Dios hecho a nuestra imagen, útil solamente para resolvernos los problemas y para quitarnos los males”.
“Él, en cambio, no usa la varita mágica, no es el dios comercial del todo y ahora mismo. No nos salva pulsando un botón, sino que se acerca para cambiar la realidad desde dentro”, señaló.
Y lamentó que entre los católicos esté arraigada “la idea mundana de un dios alejado y controlador, rígido y poderoso, que ayuda a los suyos a imponerse sobre los demás”.
Tú no eres un número
Afirmó que para Dios, “que ha cambiado la historia durante el censo, tú no eres un número, sino un rostro; tu nombre está escrito en su corazón”.
“Pero tú, mirando a tu corazón, a tu rendimiento que no es suficiente, al mundo que juzga y no perdona, quizás vivas mal esta Navidad, pensando que no estás a la altura, albergando un sentimiento de fracaso y de insatisfacción por tus fragilidades, por tus caídas y tus problemas. Pero hoy, por favor, deja la iniciativa a Jesús, que te dice: Por ti me hice carne, por ti me hice como tú”, señaló.
Y añadió: “Esta noche el amor cambia la historia. Haz que creamos, oh Señor, en el poder de tu amor, tan distinto del poder del mundo”.
La homilía de Francisco no mencionó explícitamente a Israel ni a Gaza, pero el Pontífice recordó en su rezo del Ángelus al mediodía a los “hermanos y hermanas que sufren la guerra”. “Pensemos en Palestina, en Israel y en Ucrania”, declaró.
El sangriento ataque de Hamas en Israel el 7 de octubre dejó unos mil 140 muertos, la mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras de las autoridades israelíes. Los combatientes palestinos también secuestraron a unas 250 personas, de las cuales Israel afirma que 129 siguen en la Franja de Gaza.
En respuesta, Israel inició una ofensiva aérea y terrestre en el territorio palestino, donde 20 mil 424 personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños, según el ministerio de Salud de Hamas.
El pontífice ha denunciado frecuentemente los ataques contra civiles en el actual conflicto.
Los cristianos palestinos decidieron cancelar este año la mayoría de los festejos navideños en Belén, donde ni siquiera se instaló el tradicional gran árbol navideño ni el pesebre de talla humana.
El jesuita argentino pronunciará su tradicional bendición “Urbi et Orbi” (“A la ciudad y al mundo”) el lunes a las 12:00, durante la cual acostumbra a ofrecer una visión general de los conflictos mundiales.
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