Las potencias occidentales expresaron su indignación después de que la mayor central nuclear de Ucrania y Europa: Zaporizhia, fuera atacada durante la ocupación de la zona por tropas rusas, que siguieron bombardeando las principales ciudades del país.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas celebró una nueva reunión de emergencia, centrada en este caso en las hostilidades en Zaporizhia, que ahora está bajo control ruso.

Los choques armados en la central atómica dispararon todas las alarmas en la comunidad internacional, aunque finalmente parece que el ataque no ha provocado daños graves a pesar de que un edificio situado a pocos cientos de metros de los seis reactores se incendió. Así se lo confirmó al Consejo de Seguridad el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, quien explicó que los sistemas de seguridad de la central no se han visto comprometidos cerca de los reactores y que los niveles de radiación son normales.

“Por la gracia de Dios (…) el mundo evitó por poco una catástrofe nuclear”, declaró la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien acusó al ejército ruso de lanzar un ataque “increíblemente imprudente y peligroso”.

El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, negó que sus tropas atacaran la central y atribuyó los combates a una operación de saboteadores ucranianos para tratar de culpar a Moscú. “Esto es todo parte de una campaña de mentiras y desinformación sin precedentes contra Rusia”, señaló Nebenzia, quien dijo que su país controla Zaporizhia y sus alrededores desde el 28 de febrero y que sus fuerzas fueron atacadas por ucranianos.

Mientras, el presidente ruso, Vladimir Putin, negó que las tropas rusas hayan bombardeado Kiev u otras ciudades de Ucrania y calificó esas acusaciones de “groseras falsedades”. Además, supeditó el diálogo con Ucrania a la aceptación de “todas las exigencias” rusas. La próxima reunión de las delegaciones de Rusia y Ucrania está prevista para el fin de semana, según uno de los negociadores de Kiev.

Contra las voces críticas

Las autoridades rusas acentuaron ayer la represión contra las voces disidentes del conflicto.

Putin promulgó una ley que establece duras penas de prisión a cualquier persona que publique “noticias falsas” sobre las fuerzas armadas. También limitaron el acceso a los portales de la edición en ruso de la cadena británica BBC y de la radiotelevisión internacional alemana Deutsche Welle.

El canal de noticias CNN y la agencia Bloomberg interrumpirán temporalmente su emisión en Rusia, entre otras.

Además, el regulador ruso de internet, Roskomnadzor, ordenó bloquear Facebook en el país, alegando que la red social “discrimina” a los medios de comunicación rusos.

Ante esta medida, “pronto millones de rusos de a pie se verán privados de información confiable (…) y silenciados”, contestó Nick Clegg, vicepresidente de asuntos globales de Meta, casa matriz de Facebook. El regulador también “restringió” el acceso a Twitter, aunque no explicó las razones de esta decisión.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, lamentó la decisión “deliberada” de la OTAN de no establecer una zona de exclusión aérea. Zelensky se dirigirá hoy al senado de EU, indicó a una fuente parlamentaria.

El secretario de Estado de EU, Antony Blinken, reiteró su rechazo a que la OTAN contribuya a imponer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania porque, aseguró, los aliados tienen la responsabilidad de que la guerra iniciada por Rusia “no se extienda” fuera de esa nación.

La invasión rusa progresa en el sur, pero está aparentemente ralentizada en Kiev y Kharkiv, donde el ejército ruso utilizó bombas de racimo “en al menos tres barrios residenciales”, lo que podría constituir un crimen de guerra, denunció Human Rights Watch (HRW).

El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, también denunció que Rusia ha utilizado bombas de racimo. Se escucharon disparos en Bucha, al noroeste de Kiev. El puerto de Mariupol enfrenta un “bloqueo” y ataques “implacables” de las fuerzas rusas, informó el alcalde, Vadim Boitchenko, quien pidió instaurar un corredor humanitario.

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que el país vaya a enviar armas como parlamentarios de Ucrania solicitaron al gobierno mexicano. Señaló que su gobierno es pacifista . “Nosotros no mandamos armas a ningún lado, nosotros somos pacifistas”, aseveró.

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