Considerada la cepa más contagiosa hasta la fecha, la variante ómicron ha logrado penetrar incluso en la aislada y austral región chilena de Magallanes, considerada popularmente como “el fin del mundo”.

Un salto que ha desbaratado la situación epidemiológica derivada del Covid-19 y que ha puesto contra las cuerdas el sistema sanitario nacional, pese a los esfuerzos de contención de Chile, uno de los países del mundo más avanzados en vacunación.

En este retazo, el más austral del continente americano, el paisaje lo conforman pequeñas y humildes aldeas cada vez más despobladas y un par de ciudades, Punta Arenas y Puerto Natales, que tratan de subsistir a través del turismo.

Pese a ser uno de los lugares más remotos del planeta, con una densidad poblacional bajísima por su agreste clima, ómicron se ha diseminado como la pólvora, elevando los casos a máximos históricos y la tasa de positividad de PCR por encima del 18%, una de las más altas del país.

“Actualmente solo tenemos una cama disponible en cuidados intensivos y la mayoría de los ingresos son pacientes etiquetados con ómicron”, lamentó a Efe el doctor Andrés Prieto, director de las UCI del Hospital Clínico de Magallanes.

La región está a punto de pasar a la siguiente fase del protocolo, agregó, “la activación de la evacuación de pacientes por vía aérea”.

En los peores momentos de la crisis sanitaria, Magallanes y otras regiones rurales, aisladas o con poca infraestructura, colapsaron y tuvieron que trasladar pacientes a Santiago.

Este escenario solo se produjo en octubre de 2020 y durante la grave segunda ola que se extendió entre marzo y agosto del año pasado, detalló el doctor, un episodio que obligó a confinar al 90% de la población y blindar la entrada de turistas durante casi medio año.

Ómicron cruza fronteras

La ómicron, que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya es mayoritaria en el mundo, ha permeado también en el resto de Chile, que suma 1,9 millones de infectados totales y ha experimentado un aumento explosivo de casos tras cuatro meses bajo control.

En enero, la positividad se disparó de un 1% a un 13% y los contagios superaron los 14 mil diarios, una cifra récord de la crisis sanitaria.

En Magallanes, el aumento de casos vino de la mano de la llegada de cruceros turísticos con viajeros que quieren visitar el parque nacional de Torres del Paine o incluso la Antártida, a dos horas en avión desde la ciudad de Punta Arenas.

“Los barcos atracan acá y se bajan todos los turistas. Esta cantidad de gente no la veíamos desde antes de la pandemia”, señaló a Efe Ximena Palacio, residente de Punta Arenas.

Ella y un grupo de adultas mayores toman un café en la vereda del paseo marítimo que bordea el estrecho de Magallanes. El único tema de conversación: las nuevas restricciones impuestas para contener el virus.

A partir del miércoles, se reducirá el aforo en esta ciudad así como en Puerto Natales, donde solo podrán reunirse diez personas vacunadas o cinco sin vacunar.

Las medidas todavía distan de las que se tomaron durante las dos primeras olas, cuando las cuarentenas obligatorias llegaron a extenderse más de tres meses.

Protocolos para turistas

Karena Espinosa, directora del Centro de Asistencial Docente de Investigación (CADI) de la Universidad de Magallanes, indicó a Efe que varios pacientes detectados con ómicron provenían de barcos y aviones internacionales.

En su mayoría, se notifican al ingresar al país puesto que Chile, que abrió sus fronteras para turistas en octubre de 2021, cuenta con estrictos protocolos y todos los viajeros deben realizarse dos pruebas PCR, una antes de embarcar y otra después de aterrizar, además de contar con el esquema completo de vacunación.

“El último reporte indica que en diciembre el 5 % de los casos secuenciados eran ómicron, pero en enero esperamos que estos porcentajes superen el 50 %”, agregó.

Freno a la vacunación

Eduardo Riquelme, de la división regional del Ministerio de Salud (Seremi), manifestó a Efe que tiene las esperanzas puestas en la campaña de vacunación.
“Acá en Punta Arenas tenemos más de un 90% de la población con su esquema completo, al contrario que durante la segunda ola, y esperamos que sirva para contener los cuadros graves”, manifestó.

Chile ha desplegado una de las campañas de inmunización más eficaces del mundo, que alcanza con el esquema completo a más del 92% de la población (19 millones de habitantes), en su mayoría con CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac.

Más de 12 millones de personas ha recibido una inyección adicional y ya se inició la administración de cuartas dosis a personas inmunodeprimidas, que continuará en febrero con los mayores de 55 años.

agv

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