Nueva York.- La compañía de Donald Trump fue declarada culpable este martes de fraude fiscal en un caso presentado por la fiscalía de distrito de Manhattan, en lo que representa un significativo rechazo a las prácticas financieras de los negocios del expresidente.

Un jurado encontró a dos entidades corporativas de la Organización Trump culpables de los 17 cargos, que incluyen asociación delictuosa y falsificación de archivos empresariales.

El jurado alcanzó el veredicto en el segundo día de deliberaciones después de un juicio en el que la Organización Trump fue acusada de ser cómplice en un plan elaborado por altos ejecutivos para evitar el pago de impuestos personales sobre prestaciones laborales, como el uso de apartamentos sin pagar alquiler y autos de lujo.

Los fiscales de Nueva York han pasado tres años investigando al expresidente y sus negocios, aunque no se tiene previsto que las sanciones sean lo suficientemente severas para poner en riesgo el futuro de la compañía de Trump.

Como castigo, la Organización Trump podría recibir una multa de hasta 1.6 millones de dólares, una cantidad relativamente baja para una compañía de este tamaño, aunque la condena podría complicar futuros negocios de la empresa.

Es una “cacería de brujas”: Trump

Trump, quien recientemente anunció que se postulará nuevamente a la presidencia, ha dicho que el caso contra su compañía era parte de una “cacería de brujas” por motivos políticos de parte de demócratas vengativos.

Trump no estuvo en el juicio, pero los fiscales aseguraron que “él sabía exactamente lo que estaba pasando” con el plan, lo que él y la compañía niegan.

El caso contra la empresa se basó principalmente en testimonios del exdirector financiero de la Organización Trump, Allen Weisselberg, quien previamente se había declarado culpable de cargos de que manipuló los documentos contables de la compañía y su propio paquete de indemnización para reducir ilegalmente sus impuestos.

La fiscalía le prometió a Weisselberg una condena de cinco meses en prisión a cambio de su testimonio.

Para lograr la declaración de culpabilidad, los fiscales tuvieron que convencer al jurado de que Weisselberg o su subordinado, el vicepresidente senior Jeffrey McConney, eran “altos directivos” que actuaban a nombre de la compañía y que el plan también benefició a la empresa.

Por su parte, los abogados de la Organización Trump repitieron el mantra de “Weisselberg lo hizo por Weisselberg” durante todo el juicio, que se extendió por un mes. Sostuvieron que el ejecutivo había traicionado la confianza de la empresa. Nadie en la familia Trump o en la empresa era culpable, argumentaron. 

Aunque declaró como testigo de la fiscalía, Weisselberg también intentó asumir su responsabilidad en el estrado, diciendo que nadie en la familia Trump sabía lo que estaba haciendo.

“Fue mi propia codicia personal la que me llevó a esto”, declaró.

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