Por Maria Davalos Soriano
Después de cien años, Francia será nuevamente el hogar de los Juegos Olímpicos. Este viernes, se celebra la ceremonia de inauguración de la justa veraniega, la cual marcará historia porque se lleva a cabo en las calles parisinas, no en un estadio.
Las delegaciones de los doscientos seis países participantes desfilan en embarcaciones, recorriendo el curso de agua del Río Sena. Su camino será de seis kilómetros y terminará en el Trocadero, frente a la Torre Eiffel.
En esta ocasión, más de 10.500 atletas de más de 200 países distintos competirán en los Juegos de París, pero no serán los más numerosos de la historia. Este viernes, el mundo entero verá cómo comienza uno de los mayores espectáculos deportivos celebrado cada cuatro años, cuando la llama olímpica ilumine la ciudad de París hasta el siguiente 11 de agosto.
Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, la ceremonia de apertura tendrá lugar fuera de un estadio. Desfilarán miles de atletas de diferentes nacionalidades en barco a lo largo del río Sena.
10.500 deportistas serán los encargados de poner en pie a millones de aficionados alrededor del mundo cuando todo dé comienzo, representando a 204 naciones. Oficialmente se consideran 206 equipos, ya que se incluyen los equipos olímpicos de refugiados y el de atletas neutrales.
Estados Unidos encabeza la lista de países con más representantes en estos Juegos enviando a 653 atletas. El país anfitrión, Francia, sigue muy de cerca a los norteamericanos con 622 participantes.
En el caso de México, solamente cien personas subieron al barco. Entre ellas, Alejandra Orozco y Emiliano Hernández, quienes encabezaron a la delegación mexicana y llevarán la bandera nacional.
México desfiló en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, llevándose los aplausos de la afición francesa.
El emotivo momento quedó en imágenes, donde se observan a los cien mexicanos que estuvieron presentes en la embarcación que recorrió el curso de agua del Río Sena.
Su camino fue de seis kilómetros y terminó en el Trocadero, frente a la Torre Eiffel.
