En los últimos pasillos del Centro de la Imagen cuelgan seis fotografías de gran formato con mujeres desnudas, con sobrepeso, estrías y el rostro cubierto con objetos que las representan: bordados, telas, mascotas.

En las paredes están pintadas varias frases: “Mis amigos y mi mamá me dicen: si estuvieras delgada, te verías más bonita”, “una vez en la escuela estaba discutiendo con un chiquillo, entonces de pronto me gritó: ¡cerda! me desarmó, no supe qué decirle”, “estoy a dieta porque quiero saber qué es ser flaca”, “que los demás no te señalen y que te digan bonita”.

Así inicia la exposición “Mujeres de Peso”, de la fotógrafa michoacana Patricia Aridjis, quien ha desarrollado trabajos fotodocumentales en torno a problemáticas que las mujeres han enfrentado en la historia.

La exposición trata de cuestionar y confrontar los estereotipos de belleza que la sociedad impone, así como la discriminación y el rechazo. “Cuando hago un proyecto tiene que ver con algo que a mí me inquieta, me atañe personalmente, en este caso pensaba en las imposiciones sociales a las mujeres, también empecé a madurar, a salirme de los parámetros de lo que es atractivo y bello”, explica.

“Con los años, la piel va perdiendo tensión, ganando peso, es algo normal ¿no?, fue ahí cuando decidí fotografiar a mujeres que rompen con estos esquemas impuestos”, agrega.

Y se pregunta: ¿Por qué las mujeres son las más castigadas?, ¿por qué tenemos que ocultar nuestra edad pintándonos las canas?, ¿ponernos fajas para ocultar las “llantitas”?, ¿por qué nos han obligado a ocultar lo que somos? Las mujeres, explica, siempre han sido vinculadas al cuerpo, a la sexualidad, han sido representadas como objeto de provocación e irracionalidad, mientras que el hombre se relaciona con la mente y fuerza.

Entre 2012 y 2019 retrató a 65 mujeres, algunas que encontró en redes sociales, otras entre calles, amistades, en los talleres que impartía, todas con obesidad. Los retratos se realizaron en espacios públicos, en sus casas, camas, sofás o en la misma sala de la fotógrafa.

—¿Fue difícil convencerlas de desnudarse frente a usted?

—Me llevó muchas horas de conversaciones empáticas, emotivas, que en muchos casos terminaron en amistad. Ellas me contaban cómo se sentían con sus cuerpos, cómo han sufrido discriminación en su ambiente laboral, sexual, familiar, en la moda, en todos los ámbitos de la sociedad. Algunas me pidieron que no mostrara sus rostros, primero lo sentí como una limitante, luego entendí que no sólo la cara nos da identidad, el cuerpo representa mucho de lo que somos, aunque por cuestiones de moralidad siempre tratamos de ocultarlo, pero nuestra historia también se ve plasmada en él. No logré el mismo resultado con todas. En algunas ocasiones, al verse ya fotografiadas, no les gustaba cómo se apreciaban. Hubo otra modelo que se sintió muy incómoda en toda la sesión y al final me pidió que no publicara ninguna imagen suya. Es difícil quitarnos esa idea de mujer perfecta que por años nos han vendido : 90-60-90, para todas, creo, son inalcanzables.

—¿Se considera feminista?

—No me autonombro feminista, pero sí concuerdo con el movimiento y con la lucha que están haciendo las nuevas generaciones, es un movimiento social necesario, es terrible la situación que estamos viviendo, con un alto índice de feminicidios, desapariciones y de violencia.

El proyecto en el que trabajo ahora trata de mamás que por cuestiones de estas violencias han perdido a sus hijas o hijos. Es curioso, porque apenas me di cuenta que las mujeres y la maternidad son un tema que está presente en todos mis proyectos, y eso que no soy madre.

—¿Le hubiera gustado serlo?

—Pues fue una decisión que tomé en su momento y ahora asumo las consecuencias, ahora soy “madre” de cuatro perritos y una gatita, tengo a mis papás que ahora son como mis hijos, siento que soy madre de otras maneras más contemporáneas.

En conjunto, la exposición Mujeres de Peso pone diferentes preguntas sobre la mesa: ¿la belleza tiene peso?, ¿qué es la belleza?, ¿quién decidió lo que es bello y lo que no?, ¿bajo los parámetros de quién?, ¿la belleza tiene vigencia?, ¿la belleza tiene color? Y todas estas preguntas se plantean al espectador para cuestionarnos si la delgadez sigue siendo sinónimo de belleza.

Esta exposición permanecerá hasta el 21 de agosto en el Centro de la Imagen, ubicado en Plaza de la Ciudadela 2.

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