Tel Aviv, Israel.— El Parlamento israelí aprobó ayer una cláusula clave de la controvertida reforma judicial que busca restringir las facultades de la Corte Suprema para pronunciarse sobre decisiones del gobierno.
El texto fue aprobado por 64 diputados de la coalición de derecha, ortodoxos religiosos y extrema derecha del primer ministro Benjamin Netanyahu, mientras que la oposición decidió boicotear la votación.
En una alocución televisada, Netanyahu defendió la aprobación de esta cláusula como “una etapa democrática necesaria”.
“Esta etapa busca restablecer un equilibrio entre los poderes”, de manera que “el gobierno elegido pueda aplicar una política conforme a la voluntad de la mayoría de los ciudadanos”, argumentó.
La sesión en la Knesset (Parlamento), que cuenta con 120 legisladores, se realizó en presencia de Netanyahu, de 73 años, que fue dado de alta temprano del hospital tras ser sometido el domingo a una cirugía para colocarle un marcapasos.
Poco antes, la policía dispersó con cañones de agua a cientos de manifestantes que bloqueaban la entrada al parlamento. La reforma ha sacado a decenas de miles de manifestantes a las calles desde su presentación a inicios de año.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, criticó la aprobación de la reforma. “Para que perduren los cambios importantes en una democracia deben tener un consenso lo más amplio posible”, dijo, según un comunicado de la Casa Blanca.
La votación se centró concretamente en la llamada cláusula de “razonabilidad”, que limitará la capacidad de los jueces para anular las decisiones del gobierno que consideren “irrazonables”.
Es la primera cláusula clave de la reforma en convertirse en ley. Otros cambios incluyen dar al gobierno mayor poder en el nombramiento de jueces. La reforma defendida por el gobierno busca aumentar el poder de los funcionarios elegidos sobre el de los magistrados.
El gobierno de Netanyahu argumenta que necesita frenar lo que considera una extralimitación judicial y que el cambio es necesario para garantizar un mejor equilibrio de poderes.
Sin embargo, los críticos temen que la reforma socave la democracia liberal de Israel al eliminar los controles y equilibrios sobre el Ejecutivo.
El artífice de la reforma, el ministro de Justicia, Yariv Levin, dijo que el gobierno había elegido un enfoque “prudente”.
“No anulamos la cláusula de ‘razonabilidad’, sino que reducimos su uso para que las opiniones personales de un juez no se expresen a expensas de la voluntad del pueblo. No hay razón para temer esta enmienda”, argumentó ante los diputados.
Netanyahu instó a la oposición a dialogar “para llegar a acuerdos. No renunciamos a ello y les digo que es posible”, dijo.