La nave Juno de la NASA sufrió una interrupción en el envío de datos a los controladores de la misión desde su ordenador a bordo, correspondientes al último sobrevuelo de Júpiter y su luna Io.

El problema -la imposibilidad de acceder directamente a la memoria de la nave espacial que almacena los datos científicos recogidos durante el sobrevuelo- se debió probablemente a un pico de radiación cuando Juno voló a través de una zona de la magnetosfera de Júpiter con alta intensidad de radiación.

El 17 de diciembre, pusieron la nave en modo seguro, un estado de precaución en el que sólo funcionan los sistemas esenciales.

A partir del 22 de diciembre, las medidas para recuperar los datos del sobrevuelo dieron resultados positivos, y el equipo ya está descargando los datos científicos. No hay indicios de que los datos científicos obtenidos en el momento de máxima aproximación a Júpiter, o durante el sobrevuelo de la nave espacial a Io, la luna de Júpiter, se hayan visto afectados negativamente, según informa el Southwest Research Institute, al frente de las investigaciones de la misión.

Se espera que el resto de los datos científicos recogidos durante el sobrevuelo se envíen a la Tierra a lo largo de la próxima semana, momento en el que se verificará su estado. Se espera que la nave salga del modo seguro dentro de una semana. El próximo sobrevuelo de Juno a Júpiter tendrá lugar el 22 de enero de 2023.

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