Cinco policías de Memphis despedidos se declararon este viernes no culpables de asesinato en segundo grado y otros cargos derivados de la paliza a Tyre Nichols, un hombre afroamericano cuya muerte tres días después provocó indignación y nuevas peticiones de reforma.

Un vídeo policial captó imágenes de los agentes golpeando y dando patadas a Nichols, golpeándole con una porra, rociándole con gas pimienta y disparándole una pistola eléctrica el 7 de enero tras un control de tráfico. El caso ha reavivado el debate nacional sobre las cuestiones raciales y la brutalidad policial.

Los cinco agentes, todos ellos en libertad bajo fianza, se declararon no culpables durante una vista de lectura de cargos en el Tribunal Penal del condado de Shelby, donde se los acusa formalmente de asesinato en segundo grado, agresión con agravantes, secuestro con agravantes, mala conducta oficial y opresión oficial.

“Estoy entumecida, todo lo entumecida que puedo estar ahora mismo”, dijo la madre de Nichols, RowVaughn Wells, mientras entraba en la sala vestida completamente de negro y de la mano de Ben Crump, el abogado de la familia. “Tienen que verme la cara”.

Los cinco agentes -Tadarrius Bean, Demetrius Haley, Emmit Martin, Desmond Mills Jr. y Justin Smith- son afroamericanos. Han sido despedidos de la policía y se ha disuelto la unidad especial de la que formaban parte.

Un sexto agente, blanco, también ha sido despedido, al igual que tres técnicos de urgencias médicas del cuerpo de bomberos que acudieron tras la paliza a Nichols. Dos ayudantes del sheriff del condado de Shelby que acudieron al lugar de los hechos fueron suspendidos cinco días sin sueldo.

Nichols -padre de 29 años, ávido patinador y estudiante de fotografía- intentó conversar con la policía mientras ésta le gritaba órdenes y lo amenazaba con violencia durante la terrible experiencia.

“Están haciendo mucho ahora mismo. Sólo intento irme a casa”, dijo Nichols en un momento dado, sentado en la calle mientras la policía intentaba someterlo.

“Paren. No estoy haciendo nada”, gritó Nichols, justo antes de soltarse y echar a correr.

Cuando la policía lo alcanzó, lo golpearon mientras lo sujetaban, con una porra y lo patearon mientras estaba en el suelo.

A menos de 100 metros de su casa, llamó varias veces a su madre.

Los agentes que aparecen en el vídeo dijeron que Nichols se había desviado peligrosamente entre el tráfico, y uno de ellos aseguró que intentó tomar su pistola.

Crump ha representado a las familias de las víctimas en algunos de los casos más destacados en los que han muerto afroamericanos a manos de la policía. Crump ayudó a las familias de George Floyd y Breonna Taylor a obtener indemnizaciones multimillonarias de las ciudades de Minneapolis y Louisville, respectivamente.

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