Este jueves, el Palacio de Buckingham informó que la Reina Isabel II “falleció en paz en su residencia de Balmoral”.

La noticia se volvió breaking en todo el mundo, que ya se encontraba expectante ante la identidad en negro, de luto, del sitio de noticias de la BBC.

Isabel II, con el reinado más longevo en toda la historia del Reino Unido, no sólo fue una figura de la política, sino también en una figura de la cultura pop.

Desde que se transmitió por televisión su asunción como reina hasta la canción de “God save the queen” de los Sex Pistols, Isabel II tomó otros tintes, más allá de lo monárquico.

La última versión popular de la reina llegó a manos de Netflix con la serie “The Crown”, que narra la vida de Lilibeth.

La serie se convirtió en ganadora de Emmys en todas sus temporadas, pues además tiene un reparto de premios Oscar, como Olivia Colman, que encarnó precisamente a Isabel II en su versión madura.

Carlos, Diana y Camilla

“The Crown” ganó adeptos y fans de la reina, pero también disgustó a la corona por el cotilleo que generó. Incluso el ministro de Cultura de Gran Bretaña, Oliver Dowden, dijo que “la serie televisiva de Netflix ‘The Crown’ debería tener la advertencia: Es un trabajo de ficción”.

“Es un trabajo de ficción bellamente producido. Al igual que otras producciones, Netflix debería ser muy claro al principio de que es justo eso”, comentó Dowden al periódico Mail. “Sin esto, me temo que una generación de televidentes que no vivió estos eventos podría confundir la ficción con la realidad”.

Las interrogantes en torno a la fidelidad histórica no fueron un problema significativo en las primeras temporadas de la serie, que se estrenó en 2016 y que traza el largo reinado de Isabel II, que empezó en 1952.

Sin embargo, la cuarta temporada actual transcurrió en la década de 1980, una década divisiva que muchos británicos recuerdan vívidamente. Los personajes incluyen a la conservadora primera ministra Margaret Thatcher —cuyo mandato de 11 años transformó y dividió a la nación— y a la fallecida princesa Diana, cuya muerte en un accidente automovilístico en 1997 traumó a los británicos y al mundo.

El exsecretario de prensa real, Dickie Arbiter, ha dicho que la serie es una “crítica feroz” del príncipe Carlos, el heredero al trono británico y a su primera esposa Diana. La problemática relación de la pareja, interpretada por Josh O’Connor y Emma Corrin, es una de las principales tramas de la serie.

El hermano de Diana, Charles Spencer, también ha dicho que la serie debería tener un aviso de que “esto no es cierto, aunque está basado en algunos eventos reales”.

“Me preocupa que la gente crea que esto es pura verdad y es injusto” comentó a la cadena ITV.

Algunos conservadores han criticado la forma en que se retrata a Thatcher, interpretada por Gillian Anderson. La primera mujer en ocupar el cargo de primer ministro de la nación, que falleció en 2013, se muestra en conflicto con Isabel II, interpretada por Olivia Colman, a tal grado que algunos han dicho que es exagerado.

El creador de “The Crown”, Peter Morgan, cuyo trabajo también incluye series dramáticas recientes como “The Queen” y “Frost/Nixon” ha defendido su trabajo, diciendo que todo fue investigado a profundidad y que es cierto.

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