El gobierno de Ecuador se negó a derogar el estado de excepción en seis provincias del país, como demanda el movimiento indígena para negociar una salida a la crisis que cumple 10 días de protestas que dejan dos muertos, decenas de heridos y detenidos y policías desaparecidos.
Después de que los funcionarios rechazaran las condiciones para las negociaciones, Estados Unidos emitió un aviso instando a los viajeros a reconsiderar visitar el país debido a “los disturbios civiles y la delincuencia”.
Las movilizaciones no ceden en Quito. Alrededor de un millar de indígenas que llegaron esta semana a la capital para exigir una reducción de los precios de los precios de los combustibles se dispersaron en grupos para avanzar sobre la ciudad. A su paso van levantando barricadas con troncos de árboles. Por donde marchan, los comercios cierran.
“No podemos levantar el estado de excepción porque eso es dejar indefensa a la capital, y ya sabemos lo que sucedió en octubre de 2019 y no lo vamos a permitir”, advirtió el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, al canal Teleamazonas. “Este no es el momento de poner más condiciones, no es el momento de exigir mayores exigencias, es el momento de sentarse a conversar”, dijo Jiménez.
La situación llevó a varias embajadas, incluidas la de Alemania, Gran Bretaña, Canadá y EU, a emitir una declaración pública expresando su preocupación por “los derechos fundamentales de todos los ciudadanos” y llamando a las partes a negociar y alcanzar “acuerdos concretos”.
Leonidas Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), mantiene el pulso y exige la derogación de la medida para sentarse a conversar.
El martes un ataque a instalaciones policiales en Puyo, en la Amazonia ecuatoriana, dejó un muerto y seis uniformados con heridas graves, según el Ministerio del Interior. Tras los choques que siguieron, 18 policías están “desaparecidos” y tres más fueron “retenidos” por indígenas, añadió el jefe de la cartera, Patricio Carrillo, en rueda de prensa.
Los inconformes marchan con palos y escudos artesanales. Entre sus reclamos exigen la “desmilitarización” de un parque de Quito donde tradicionalmente se concentran los indígenas cuando protestan en la capital.