La Dra. Sara Polley supervisa el programa de Recuperación de Adultos Jóvenes de la Fundación Hazelden Betty Ford. Ella dice que después de la marihuana y el alcohol, los opioides son la tercera razón por la que los niños acuden a recibir tratamiento. Y para aquellos que buscan tratamiento con opioides, más de la mitad están siendo tratados por uso de fentanilo, detalla el informe periodístico de Canal 4 CBS. “La mayoría de la gente lo usa en forma de pastilla, por lo que lo que hacen con la pastilla a menudo es inhalar la pastilla, triturarla e inhalarla”, dijo Polley.
El fentanilo es un opioide sintético que se inventó para ayudar a controlar el dolor. Hay fentanilo legal y fentanilo ilegal. Una dosis de tratamiento legal de fentanilo alivia el dolor. Pero a un nivel más alto, la droga provoca efectos diferentes. “Crea una sensación de felicidad, de calma y de paz. Y eso es lo que hace que la sustancia sea tan adictiva”, dijo Polley. “Aumenta algo llamado dopamina en tu cerebro, que es el químico que te hace sentir bien y hace que realmente lo desees y quieras seguir usándolo”. Es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más potente que la heroína.
“Realmente, el fentanilo es particularmente peligroso por lo fuerte que es”, dijo. No todo el mundo sufre una sobredosis. Algunas personas han desarrollado una tolerancia. Pero sin eso, unos pocos gránulos, del tamaño de granos de sal, pueden causar una sobredosis. Cuando alguien toma una sobredosis, significa que la droga ha relajado su cuerpo al extremo. La respiración se ralentiza, el ritmo cardíaco se ralentiza y luego el cerebro empieza a fallar.
Cuando eso sucede, la naloxona, o Narcan, puede expulsar el fentanilo del cerebro antes de que sea demasiado tarde. La gente no suele tomar fentanilo puro. A menudo hay aditivos, o se combina con otra cosa, y el problema es que no sabes qué contiene esa píldora. “También quiero que la gente sepa que la adicción es una enfermedad que afecta el cerebro de alguien”, dijo Polley. “No están haciendo eso porque son malas personas o porque quieren hacer algo malo. Lo están haciendo porque su cerebro se apegó a la sustancia porque la sustancia fue diseñada para que eso sucediera, y realmente están comportándose fuera de un lugar de una enfermedad, no quienes realmente son”. Y hay ayuda para ellos. “Quiero que la gente sepa que hay esperanza”, dijo Polley.
