El programa de arrendamiento de convictos de Texas era un sistema en el que el estado de Texas alquilaba prisioneros a empresas privadas para que trabajaran gratis o por salarios muy bajos. El programa estuvo en vigor desde finales de la década de 1870 hasta principios de la de 1910, y prevaleció particularmente durante la era de Jim Crow, publicó Texas Public Radio. El programa se inició en respuesta a la pérdida de mano de obra esclava después de la Guerra Civil. Los propietarios de plantaciones y otros negocios en Texas necesitaban una fuente de mano de obra barata y recurrieron al sistema penitenciario del estado. El estado estaba más que feliz de complacer, ya que el programa de arrendamiento de convictos era una fuente importante de ingresos para el gobierno.

La gran mayoría de los convictos arrendados bajo el programa eran afroamericanos. A menudo eran arrestados por delitos menores, como vagancia o hurto menor, y luego sentenciados a largas penas de trabajos forzados. Las condiciones en las que trabajaban eran a menudo brutales y muchos convictos morían por exceso de trabajo, enfermedades o violencia.

Sugar Land, Texas, fue un importante centro del programa de arrendamiento de convictos. La ciudad fue el hogar de la Imperial Sugar Company, que arrendó un gran número de convictos del estado para trabajar en sus campos de caña de azúcar. Las condiciones en las que trabajaban estos convictos eran algunas de las peores del estado, y muchos de ellos murieron por agotamiento por calor, desnutrición y enfermedades.

El programa de arrendamiento de convictos llegó a su fin a principios de la década de 1910, después de una serie de escándalos y protestas públicas. Sin embargo, el legado del programa continúa hasta el día de hoy. El programa fue una fuente importante de injusticia racial en Texas y ayudó a perpetuar el sistema de segregación de Jim Crow.

En los últimos años, ha habido un interés renovado en la historia del programa de arrendamiento de convictos de Texas. En 2018, se encontraron en Sugar Land los restos de 95 afroamericanos que se creía que eran trabajadores convictos. El descubrimiento de estos restos ha ayudado a arrojar luz sobre la oscura historia del programa y su conexión con la ciudad de Sugar Land.

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