El primero que aplaude los hermosos vestidos que luce Ángela Aguilar en sus conciertos es su papá Pepe Aguilar, quien en varias ocasiones, durante sus shows en vivo, la chulea, le “reclama” lo caro que son, y recientemente hasta la regañó por lo escotado de uno de ellos.
Llamativos, tradicionales y muy mexicanos suelen ser los atuendos con los que se presenta frente a su público la cantante de regional mexicano, que con apenas 18 años se ha convertido en toda una figura a seguir por chicos y grandes.
En Instagram suma más de ocho millones de seguidores, y es ahí, además del escenario, donde luce los vestidos que la acompañan en cada presentación.
Aunque a primera vista parecen ser confecciones de primer nivel y con diseños artísticos, no se puede hablar sobre un costo exacto de los mismos, según lo que la propia Ángela lo ha manifestado.
La cantante reveló que no conoce la cantidad exacta que se invierte en sus trajes pues son gastos del show que ella no maneja con muchos detalles, sí que sería imposible hablar de una cantidad de dinero.
Sin embargo, se cree que el costo no sería nada barato, teniendo en cuesta lo hermosos que son esos vestidos.
¿Quién diseña los vestidos de Ángela?
Ángela confesó que tiene un par de personas de diseñadores en Los Ángeles, quienes apoyan con el confección y diseño de los vestidos que usa sobre los escenarios.
Sin embargo, también reconoció que ella y su madre son quienes, principalmente, se encargan de esos diseños. Es más, su nana es quien pinta a mano esos trabajos textiles.
Ángela Aguilar no suele guardar por mucho tiempo sus vestidos después de utilizarlos. En entrevista con “Ventaneando” detalló que los usa máximo dos veces, después de ello los guarda o los dona. Por si ello fuera poco, también sostuvo que los regala a algunas de sus fanáticas.
“Uso un vestido dos veces y ya no lo vuelvo a usar. Entonces hemos regalado y donado muchos. A veces los fans me escriben de que para sus quinceañeras que necesitan un vestido y les mando uno. Es divertido”, manifestó.
Ángela Aguilar, una imagen a seguir
Hasta ahora, parece que Aguilar ha logrado su cometido, pues este año tuvo su primer palenque en solitario, también su primer concierto sin su padre en la Ciudad de México (logró reunir a más de 17 mil asistentes) y ha creado todo un culto en torno a ella, a su música y su imagen.
Además, tiene su propia muñeca, que se puede adquirir en su tienda online y en sus shows; sus fans también le preguntan a través de redes sociales dónde compra su ropa, dónde y cómo se pinta las uñas y hasta replican su corte de pelo, incluso en varias estéticas de la Ciudad de México ya existe el corte Ángela Aguilar.
“Hoy un artista no se puede dar el lujo de sólo cantar, un artista ya no es como el de antes y tienes que ser más completo, tienes que cantar, pero también escribir, pero también estar presente en redes sociales, incluso ser emprendedor”.
Ángela no sólo canta: compone, diseña, es influencer —tiene casi 8 millones de seguidores en Instagram—, y a la par de que está tomando clases de actuación, pues quiere seguir los pasos de su abuela Flor Silvestre y hacer cine de ser posible.
Se ha convertido en un ícono de la moda para muchas jovencitas y niñas que quieren lucir como ella y se distingue por vestir desde ropa de diseñadores como Versace, hasta confeccionada por artesanos mexicanos.
“Soy una mujercita tratando de hacer algo diferente con el mariachi, no quiero ser irrespetuosa, quiero honrar las tradiciones, pero quiero evolucionarlas, quiero ponerme un vestido típico pero quiero agregarle Swarovski, una crinolina, hacerlo diferente”, explica Ángela, quien ha recibido distintos elogios sobre su atuendo a lo largo de su carrera.
“He buscado una manera de honrar el legado de la familia y agregar lo mío, lo que mi generación trae, sentirme cómoda al sacar un producto que lleva mi apellido, pero acompañada de mi identidad artística”.
Hasta ahora todo ha sido éxito tras éxito en la carrera de la cantante y reconoce que la presión por venir del linaje del que proviene es grande, aunque sabe que, gracias al apoyo de su padre, ya le lleva una ventaja que no imaginaba. Ángela esperaba que quizás el reconocimiento le llegara a sus 30 años, como ocurrió con Pepe Aguilar, y no a los 18.