A diferencia de Venezuela, donde el referéndum revocatorio presidencial es rechazado por el oficialismo y se convirtió desde 2016 en una frustrada aspiración opositora para remover del poder a sus adversarios, en México se transformó en una figura electoral a la que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le apostó y le concentró su máximo interés mientras la oposición le restó importancia.
“Es el mundo al revés. Veremos un revocatorio inédito… a la mexicana”, advirtió el abogado argentino Daniel Zovatto, experto en asuntos electorales, politólogo y doctor en Derecho Internacional, Gobierno y Administración Pública, al evaluar el referéndum que se llevará a cabo este domingo en México.
“Lo impulsa el gobierno con la oposición en contra. El mundo al revés: en otros países, el gobierno estaría pidiendo un bajo nivel de participación para que no tenga efecto y la oposición estaría promoviendo un alto nivel de participación”, dijo Zovatto. Tras indicar que “la figura del referéndum en México se ha desnaturalizado por completo y perdido razón de ser para un sector muy importante de la población y de la oposición”, adujo que “tampoco será fácil” que participe 40% o 37.3 millones de los más de 93 millones de electores para que tenga validez.
López Obrador “ha dicho que, aunque no se llegue, para él será válido. Si es menor a 40%, el resultado, sea positivo o negativo, no es vinculante. Esto ha tomado un cariz político.
“Los revocatorios en América Latina y el resto del mundo los pide la oposición, interesada en poner fin anticipado al mandato presidencial. La ironía, la novedad y lo inédito es que en México son el presidente y su partido (…) Morena los que insisten en que se efectúe sí o sí, cueste lo que cueste, pase lo que pase”, puntualizó.
Al subrayar que López Obrador “está empeñado en mostrar que el pueblo quiere que siga tres años más”, anticipó que “más que revocatorio terminará siendo referéndum ratificatorio, impulsado por el Presidente y su partido, mientras la oposición en México pide que haya un alto nivel de abstención para quitarle legitimidad”.
Con su bagaje electoral, previó que un saldo de la consulta podría ser “desguazar” al Instituto Nacional Electoral (INE) y destacó que esa instancia, “que ha costado muchísimo sacrificio y dinero construir y es uno de los capitales institucionales de México”, sufrió un asedio “permanente, recurrente, injustificado e inmerecido” en especial desde 2021. “Me temo que, una vez pasado el 10 de abril y si López Obrador queda con un buen capital político, el acto que sigue del Presidente es impulsar una reforma para introducirle al INE una reingeniería… que va a desguazar a una institución”, recalcó.
Excepciones
México, Venezuela, Ecuador y Bolivia son los únicos países de América Latina y el Caribe con la opción legal de convocar a un referéndum para revocar un mandato presidencial.
El 15 de agosto de 2004, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez (fallecido en 2013), ganó uno de los más polémicos revocatorios promovido por la oposición. Chávez asumió en 1999, en medio de denuncias de fraude. El gobierno del cuestionado presidente actual de Venezuela, Nicolás Maduro, bloqueó dos gestiones opositoras, en 2016 y 2017 y en 2021 y 2022, de convocar a un referéndum para revocar su mandato, que recibió como heredero en 2013 al morir Chávez y prolongó hasta 2025.
El 10 de agosto de 2008, el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, ganó un revocatorio. Morales gobernó de 2006 a 2019.
Ecuador nunca ha realizado una consulta de este tipo.
“El revocatorio es bueno en el papel, pero peligroso en la realidad”, alegó a este diario el abogado, diplomático y consultor internacional boliviano Jaime Aparicio, exembajador de Bolivia en la OEA.
“En países sin institucionalidad democrática fuerte y con tendencias claras de copamiento del Poder Ejecutivo sobre los otros poderes, este tipo de referéndum no acaba reforzando la estabilidad democrática sino la tendencia autoritaria de los gobiernos”, alertó.