Washington.- El envío de remesas a países de rentas medias y bajas creció un 5 % en 2022, por debajo del 10.2 % registrado en 2021, en medio de la incertidumbre global agravada por la crisis energética y la alta inflación.
En su informe anual sobre migración y desarrollo, publicado este miércoles, el Banco Mundial constató que la apreciación del rublo hizo que aumentara el valor de las remesas enviadas desde Rusia a Asia Central.
La debilidad del euro, sin embargo, supuso que las remesas enviadas desde Europa al norte de África y otras regiones vieran reducido su valor, una situación que se unió a las altas presiones inflacionarias que viven muchos países receptores de migrantes.
África es, de hecho, la región del mundo más vulnerable a las crisis que acechan al mundo, especialmente la energética y alimentaria agravadas por la invasión rusa de Ucrania.
En ese continente, el valor de la remesas subió solo un 5.2 % este año -el año pasado lo hizo un 16.4 %-, mientras que en América Latina y el Caribe lo hizo el 9.3%, espoleado por la fortaleza del mercado laboral en Estados Unidos.
Cambio climático y remesas
En 2022, el informe del Banco Mundial hace énfasis especial en la migración climática, advirtiendo de que las presiones producidas por la aceleración del cambio climático provocarán movimientos migratorios nacionales y perjudicará el sustento de muchas personas.
“Las estrategias de adaptación (a la crisis climática) requerirán planificar un sistema de migración segura y regular”, aseguró en un comunicado el autor principal del informe, Dilip Ratha.
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