El gobernador de Florida, Ron DeSantis, restó importancia este jueves a una demanda de Disney en su contra, afirmando que tiene motivaciones políticas y que ya es hora de que la emblemática compañía deje de tener un trato preferente en su estado.
Disney demandó el miércoles a DeSantis después de que el republicano nombrara una junta de supervisores para el distrito de parques temáticos que antes administraba la firma de forma autónoma, y acusó al gobernador de librar una “campaña dirigida de represalias del gobierno” después de que la compañía se opusiera a una ley conocida como “No digas gay” por sus críticos.
La demanda continúa con más de un año de disputas entre Disney y DeSantis, que ha supuesto críticas para el gobernador mientras se prepara para lanzar una campaña presidencial para 2024.
“Están molestos porque tienen que vivir con las mismas normas que todos los demás. No quieren pagar los mismos impuestos que todos los demás y quieren poder controlar cosas sin supervisión adecuada”, dijo DeSantis durante una visita a Israel. “Los días de poner a una empresa en un pedestal sin rendir cuentas se han acabado en el estado de Florida”.
DeSantis está en la tercera etapa de una gira internacional que pretende reforzar sus credenciales de política exterior antes de una posible campaña por la candidatura republicana a la presidencia, en la que sería un importante rival del expresidente Donald Trump.
DeSantis ha entrado de lleno en la trifulca con Disney, una importante fuente de turismo y empleo en Florida. La controversia le ha valido críticas y se ha visto entrelazada con el debate sobre los principios de la política conservadora.
El conflicto comenzó el año pasado después de que Disney, ante una presión considerable, se opusiera de forma pública a una ley estatal que vetaba las lecciones en escuelas sobre orientación sexual e identidad de género en los grados inferiores, una medida conocida por las voces críticas como “No diga gay”.
Disney acusa a DeSantis de violar los derechos de libertad de expresión
Entonces DeSantis tomó el control del distrito de Disney World, que operaba de forma autónoma, y nombró una nueva junta de supervisores encargada de servicios municipales en los parques temáticos. Pero antes de que la junta empezara a trabajar, la empresa impuso un nuevo acuerdo de última hora que despojó a los supervisores de buena parte de su autoridad.
La demanda de Disney pide a un juez federal que anule la intervención del gobernador sobre el distrito y las acciones de la junta supervisora nombrada por DeSantis, con el argumento de que violan los derechos de libertad de expresión de la compañía.
En un discurso en una conferencia en el Museo de la Tolerancia de Jerusalén, DeSantis presentó su visión política para Oriente Medio y habló sobre la importancia de la alianza entre Estados Unidos e Israel. Dijo que Israel es la única autoridad que puede proteger la libertad de culto para todos en la volátil Jerusalén y dio su aprobación al traslado de la embajada de Estados Unidos a la ciudad durante el mandato de Trump, pese a la oposición de los palestinos.
También reiteró su oposición al acuerdo internacional que pretendía limitar el programa nuclear iraní, y señaló que dio poder a los gobernantes del país en lugar de mantenerlos a raya. El acuerdo nuclear se aprobó durante el mandato de Obama. Su sucesor, Trump, retiró la participación de Estados Unidos en el pacto.
DeSantis señaló que Washington no debería intervenir en la forma en la que Israel decide ser gobernada, una crítica directa al presidente, Joe Biden, que ha expresado preocupaciones por una controvertida reforma judicial propuesta por el gobierno israelí.
DeSantis comenzó su gira internacional en Japón y después viajó a Corea del Sur. Después de Israel tiene previsto dirigirse a Gran Bretaña.
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