“En las condiciones de la operación especial militar y los referendos en el Donbás, la salvación de la gente de todos esos territorios en los que se celebra este referéndum, es la piedra angular y está en el centro de atención de toda nuestra sociedad, de todo el país”, afirmó el presidente ruso, Vladimir Putin, en una reunión con representantes del gobierno.
Rusia continuó movilizando más de un cuarto de millón de tropas adicionales para desplegarlas en una línea de frente de más de mil kilómetros. Mientras, 98 mil rusos han cruzado la frontera a Kazajistán en la semana desde que el presidente Putin anunció la movilización.
Hombres en edad militar siguen huyendo por tierra y aire a los países vecinos. Las antiguas repúblicas soviéticas Kazajistán y Georgia parecen ser los destinos más concurridos para los que cruzan en auto, en bicicleta o a pie.
En la ONU, el gobierno ruso dijo que los referéndums celebrados en varias regiones de Ucrania para su anexión a Rusia se celebraron “de manera totalmente transparente y respetando todas las normas internacionales”, en palabras de su embajador, Vasili Nebenzia. Estos referéndums “no pueden considerarse una expresión genuina de la voluntad popular [y] no pueden verse como legales según la legalidad internacional”, dijo ante el Consejo la subsecretaria general de la ONU, Rosemary DiCarlo, quien recordó, por ejemplo, que en esas consultas “las autoridades de facto fueron acompañadas de soldados puerta a puerta con urnas de votación”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que los “falsos” referéndums de integración con Rusia no tienen legitimidad. “Nunca reconoceremos la anexión de territorios ucranianos por parte de Rusia”, dijo a su vez el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken.